«Tierra de nadie»: otro crimen brutal sacude a Nogales, Veracruz, sin respuestas oficiales

Nogales, Ver. — A plena luz del día y a unos metros de la autopista 150D, un cuerpo sin vida fue arrojado como basura, como si el horror ya no causara escándalo. Un hombre de entre 45 y 50 años apareció asesinado con brutales signos de tortura: múltiples golpes en la cabeza y varios impactos de bala en el cuerpo. El hallazgo ocurrió a la altura del kilómetro 264, en una zona que, según testimonios locales, lleva meses sumida en el miedo, la omertá y la impunidad.

Las autoridades, como dicta el guion, desplegaron un operativo conjunto entre la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional y la Policía Ministerial. Aseguraron la escena, levantaron evidencias, abrieron una carpeta de investigación y trasladaron el cuerpo al Semefo de Orizaba. Pero hasta ahora, la identidad del hombre sigue siendo un misterio y, como muchas otras veces, también lo es la verdad.

Lo que no es misterio —y que la población de Nogales conoce de sobra— es que la violencia en la región ha escalado. Homicidios, levantones, amenazas, cobros de piso y desapariciones ya forman parte del paisaje cotidiano. Mientras las fiscalías se estancan en la burocracia y las cifras maquillan la realidad, los asesinatos siguen ocurriendo con patrones similares: brutalidad, precisión y silencio institucional.

Ni un solo indicio sobre los responsables, ni una declaración oficial sobre posibles móviles. Sólo un cuerpo más en la estadística y una comunidad más que sigue esperando respuestas. En este contexto, el mensaje no es sólo para el muerto: es para todos. Nadie está a salvo. Y peor aún: nadie explica nada.

¿Hasta cuándo los crímenes serán simples notas de rutina? ¿Cuándo pasará de ser «otro caso más»? En Nogales, como en gran parte de Veracruz, la violencia ha dejado de ser noticia: se ha convertido en norma.
Mientras tanto, el silencio sigue siendo cómplice. Y la justicia, un fantasma.

Redacción Reportaje Veracruzano