Alerta RojaVeracruzXalapa

¡ENCADENADO Y ABANDONADO! Huelga de hambre frente al poder por omisión de la Fiscalía de Veracruz

Xalapa, Ver., 15 de julio de 2025 — En pleno corazón político de Veracruz, un ciudadano desesperado ha llevado su clamor por justicia al límite: encadenado a un poste en la plaza Lerdo e inmerso en una huelga de hambre, Ricardo, de 38 años y oriundo de Coatzacoalcos, grita —con su cuerpo como única trinchera— contra la indiferencia del aparato judicial del estado.

Ricardo no pide privilegios, exige lo básico: protección. Tras haber sido amenazado de muerte, interpuso la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado (FGE) en Coatzacoalcos. Pero lejos de obtener respuesta, encontró un muro de silencio e inacción que lo empujó a este extremo.

“Me estoy jugando la vida porque la Fiscalía no la protege”, declaró brevemente ante medios presentes, antes de volver a su silencio de protesta. Su cuerpo, atado a una estructura pública, se convirtió hoy en símbolo viviente del abandono institucional.

A la vista de ciudadanos, burócratas, policías y turistas, su manifestación es una herida abierta frente al Palacio de Gobierno. Cada hora que pasa sin respuesta, es una hora más en que el Estado exhibe su fracaso en su deber esencial: garantizar la vida y seguridad de sus habitantes.

La omisión de la FGE no es sólo preocupante, es criminal. ¿Qué tendría que pasar para que una denuncia por amenaza de muerte se atienda en Veracruz? ¿Debe el amenazado convertirse en una estadística más para que las instituciones reaccionen?

Ricardo ha solicitado de forma pública la intervención directa de la gobernadora Rocío Nahle García, a quien apela no sólo como jefa del Ejecutivo, sino como última esperanza ante un sistema que —en sus palabras— ya no escucha ni protege a los ciudadanos comunes.

El caso de Ricardo no es aislado, pero su protesta lo hace visible, incómodo y urgente. Cada día que permanezca encadenado es un día más de vergüenza para la Fiscalía General del Estado, cuya pasividad podría convertirse en corresponsabilidad si esta historia termina en tragedia.

¿Dónde están los fiscales? ¿Dónde la Comisión Estatal de Derechos Humanos? ¿Dónde el protocolo de víctimas? ¿Dónde la justicia?

Hoy Ricardo enfrenta el poder solo, con cadenas en el cuerpo y hambre en las entrañas. Pero si algo queda claro, es que su voz ya no puede silenciarse.

Este no es un acto simbólico. Es una emergencia.

Redacción Reportaje Veracruzano

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba