Dolor en la costa: termina la búsqueda de Iker con un hallazgo trágico en Alvarado

Por Redacción Reportaje Veracruzano
Alvarado, Ver., 26 de junio de 2025 – Las olas devolvieron esta mañana el cuerpo sin vida de Iker Alejandro Vázquez, de 16 años, cerrando un capítulo desgarrador que mantuvo en vilo a su familia, rescatistas y comunidad durante tres días. El hallazgo ocurrió en las inmediaciones de la playa La Cava, justo donde el buque oxidado Capri —convertido en silencioso testigo de la tragedia— se erige como una postal del abandono.
Originario de Córdoba, Iker había sido reportado como desaparecido desde el pasado domingo 22 de junio, luego de ser arrastrado por la corriente marina en la playa Mata de Uva, junto a su hermano menor, Diego, de apenas 13 años, quien fue rescatado a tiempo. Desde entonces, la esperanza se aferraba a cada ola, a cada mirada al horizonte.
Pescadores locales fueron quienes esta mañana detectaron el cuerpo, ya en estado avanzado de descomposición, flotando entre las aguas revueltas de la zona. El mar, tan bello como traicionero, terminó por entregar a Iker a sus seres queridos, mientras las autoridades de Protección Civil, Policía Estatal y elementos ministeriales acudían a realizar el levantamiento correspondiente.

Las condiciones climatológicas adversas habían obligado a suspender temporalmente la búsqueda el martes. La Secretaría de Marina y la Capitanía del Puerto reanudaron los esfuerzos a primera hora del miércoles, aunque para entonces, el destino ya estaba escrito.
El mar que da y quita
La tragedia vuelve a poner en evidencia la falta de vigilancia activa en muchas de las playas veracruzanas, particularmente en aquellas que, como Mata de Uva, son populares entre locales pero carecen de infraestructura adecuada, señalamientos de peligro o cuerpos de salvavidas capacitados. Lo que comenzó como un domingo familiar terminó en pesadilla.
“No hay palabras para describir lo que sentimos. Solo pedimos que ninguna familia más pase por esto”, expresó un familiar entre sollozos. El cuerpo de Iker será trasladado a Córdoba, donde lo espera una comunidad que ahora lo llora con rabia y tristeza.
La historia de Iker no debería repetirse. Pero mientras las playas sigan abiertas sin regulación ni protocolos firmes de seguridad, el riesgo permanece tan latente como las olas que siguen rompiendo frente al viejo Capri, testigo del último adiós.
Redacción Reportaje Veracruzano