Oteapan se blinda: pobladores toman la seguridad en sus manos ante fracaso policial

Oteapan, Ver. – Cansados de los robos violentos y del vacío de autoridad, cientos de pobladores de Oteapan decidieron armarse y organizar retenes comunitarios en los accesos principales de la localidad, desafiando de manera abierta la inacción de la policía municipal y la ausencia del Estado.
Con machetes, palos, cadenas, escopetas y pistolas, los vecinos han conformado grupos de vigilancia que operan día y noche. La decisión se fraguó la noche del domingo, durante una asamblea vecinal en la que participaron alrededor de cien personas, quienes advirtieron que no permitirán más abusos:
“Con el pueblo no se juega; ya nos conocen”, expresaron.
Retenes y patrullaje comunitario
Los retenes se instalaron en las tres entradas principales de Oteapan. A todo vehículo sospechoso se le exige detenerse y descender de la unidad, sin violencia pero con firmeza, según explican los pobladores.
Además, motociclistas organizados recorren las calles principales para inhibir la presencia de delincuentes. “Tenemos tres grupos de entre 20 y 30 personas cada uno; si es necesario usar el fierro, lo vamos a usar”, advirtió un vecino.
Cero confianza en las autoridades
El hartazgo se disparó tras una seguidilla de cinco robos violentos en menos de una semana, el último de ellos grabado por cámaras de seguridad, donde una comerciante fue despojada de su vehículo frente a su negocio.
Los pobladores aseguran que la policía municipal, con menos de 20 elementos y apenas tres patrullas, es incapaz de cubrir las más de diez colonias y ejidos que integran al municipio. A esto se suma la ausencia total de la Policía Estatal, dejando a una población de cerca de 30 mil habitantes a merced de la delincuencia.
“Si atrapamos a un delincuente, lo linchamos”
El tono de los vecinos no deja espacio para dudas: han decidido actuar al margen de la autoridad. En la asamblea se acordó que, de capturar a algún presunto ladrón, lo lincharán antes de entregarlo a las autoridades.
“Ya no creemos en la policía. Nos vamos a cuidar nosotros mismos”, sostuvieron.
Mientras tanto, el comercio –motor económico de Oteapan y principal blanco de la delincuencia– mantiene sus puertas abiertas con miedo y esperanza, confiando más en la vigilancia vecinal que en cualquier patrulla oficial.
Redacción Reportaje Veracruzano