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SILENCIO CÓMPLICE Y AUSENCIA DE JUSTICIA: DESAPARECE CHECADOR EN PLENA VÍA PÚBLICA Y NADIE HACE NADA EN POZA RICA


Poza Rica, Ver.— La impunidad volvió a apoderarse de las calles de Poza Rica mientras las autoridades miran hacia otro lado. El pasado miércoles 2 de julio, a plena luz del día y a tan solo unos metros del bullicio comercial, fue levantado Carmelo N., checador de la rampa Puebla–Búfalo, justo afuera de la tienda Coppel Cárdenas, en la colonia Obrera.

El reloj marcaba alrededor de las 3 de la tarde cuando dos sujetos armados lo interceptaron, lo subieron por la fuerza y desaparecieron con él. A pesar de la gravedad del hecho y la cantidad de testigos potenciales, nadie llamó al 911. Nadie actuó. El caso quedó sepultado en la inercia de un sistema que parece haber normalizado la violencia y el secuestro.

La familia ya notificó a la Fiscalía General del Estado, pero hasta el momento no hay avances reales. El nombre de Carmelo apenas circula en voz baja entre vecinos y conocidos. Las autoridades lo saben, pero callan. Inmóviles. Ciegas.

¿Y la Fiscalía? Dormida, ausente o coludida

El hermetismo institucional y la ausencia de respuesta contundente deja una pregunta incómoda pero urgente: ¿Qué tan podrido debe estar el sistema para que una desaparición en pleno centro comercial no amerite acción inmediata?

A Carmelo lo conocían por su carácter pacífico y su vida centrada en la fe. Pastor de una iglesia local, vivía con su mujer, trabajaba de sol a sol como checador y jamás se le conocieron vínculos con actividades ilícitas. ¿Por qué nadie lo busca? ¿Por qué el Ministerio Público no actúa con celeridad?

Dos desapariciones, una cuadra, un mismo día

El mismo miércoles 2 de julio, otro hombre desapareció a solo una cuadra de distancia, afuera de la Farmacia del Ahorro. Era taxista. Dos hechos en paralelo, con patrones similares y en una misma franja horaria. ¿Coincidencia o patrón criminal? La Fiscalía no ha vinculado los casos. Tampoco ha lanzado alertas. Ni una ficha. Ni un operativo. Nada.

¿Hasta cuándo Poza Rica será rehén del miedo?

La colonia Obrera se está convirtiendo en territorio de nadie. Cada desaparición ignorada alimenta el mensaje de que el crimen organizado puede operar con total impunidad. Y cada omisión institucional deja claro que en Poza Rica la justicia es un espejismo.

Mientras tanto, Carmelo sigue desaparecido. Y lo que más duele no es sólo su ausencia, sino el indolente silencio de las autoridades y de una sociedad que ya no se alarma ante el secuestro de un trabajador honrado y pastor comunitario.


Redacción Reportaje Veracruzano

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