Matan a “El Armero” en Papantla: narcomenudista y extorsionador
Papantla, Ver., domingo 3 de agosto de 2025.— El violento historial criminal de Rubén M., alias “El Armero”, tuvo un desenlace fulminante este domingo, cuando fue abatido a balazos en plena vía pública de la comunidad Morgadal Parte Alta, en el municipio de Papantla. Sujetos armados le dispararon en dos momentos distintos, dejando su cuerpo tendido en la calle, como símbolo sangriento de las pugnas que carcomen esta región del norte veracruzano.
Según los primeros informes, se trató de un ataque directo, ejecutado con precisión, posiblemente como resultado de un ajuste de cuentas entre células criminales que disputan el control del cobro de piso, la extorsión a hojeros y comerciantes, así como el narcomenudeo.
Un fantasma recurrente del crimen
El Armero no era un desconocido para las autoridades. En noviembre de 2020 fue detenido por posesión de armas y cartuchos. Sin embargo, una decisión judicial lo devolvió a las calles, donde, lejos de reformarse, reforzó su posición como operador local del crimen organizado.
El 14 de febrero de 2022 volvió a ser detenido, esta vez en flagrancia, tras una persecución en la carretera Tajín–Papantla. Viajaba a bordo de una camioneta Toyota roja junto a una mujer identificada como Sagrario L. S., quien también fue puesta a disposición de la Fiscalía. Rubén fue capturado con 127 dosis de cristal y recibió prisión preventiva. No obstante, su proceso judicial no logró frenar sus operaciones.
La sombra del crimen organizado
La ejecución de este domingo parece responder a la lógica de la violencia sistemática que se ha recrudecido en Papantla y sus alrededores. Las autoridades no descartan que se trate de una “limpieza interna” entre grupos rivales que buscan mantener el control de la zona.
La escena del crimen fue resguardada por elementos de Seguridad Pública, mientras peritos de la Fiscalía Regional recababan indicios. En paralelo, se habla ya de un posible reforzamiento de patrullajes y presencia militar en la zona, ante el temor de nuevas represalias.
Silencio entre la población, ruido en las calles
En Morgadal, el miedo vuelve a sellar las bocas de los habitantes. Nadie vio, nadie oyó. Pero todos saben. Saben que este no es un caso aislado, sino una pieza más en el tablero sangriento del crimen organizado que opera con impunidad en las regiones serranas de Veracruz.
La ejecución de El Armero pone de nuevo en tela de juicio la efectividad de los procesos judiciales, el papel de los jueces y la fragilidad institucional para contener a operadores criminales que, una y otra vez, logran volver al ruedo hasta que una bala, no una sentencia, detiene su historia.
Papantla tiembla. Y no es por la danza de los voladores. Es por el peso del plomo que sigue cayendo sin que nadie lo detenga.
Redacción Reportaje Veracruzano
