Crece la presión del crimen organizado: ahora amenazan a la alcaldesa de Acayucan

Acayucan, Ver. – La violencia en el sur de Veracruz sigue dejando claro que ni las autoridades municipales están a salvo. Durante la madrugada del miércoles, el Palacio Municipal de Acayucan se convirtió en escenario de un nuevo acto de intimidación: dos mensajes con amenazas directas contra la presidenta municipal, Rosalba Rodríguez Rodríguez, fueron colocados en distintas áreas del edificio oficial.
Los escritos, hallados por los veladores en plena madrugada, contenían advertencias contundentes y la frase: “Sigues tú, Paloma”. Uno de los papeles estaba adherido en la puerta de oficinas y el otro en una pared del inmueble. De inmediato se dio aviso a personal del ayuntamiento y se presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado (FGE).
El C4 de Acayucan ya revisa las cámaras de videovigilancia con el objetivo de identificar a quienes ingresaron al recinto para colocar los mensajes, mientras que se solicitó al Gobierno del Estado reforzar la seguridad de la edil y de la sede municipal.
El episodio no es aislado. Apenas días atrás, en Coatzacoalcos, apareció una narcomanta dirigida al alcalde Amado Cruz Malpica, en lo que parece configurarse como una ola de advertencias simultáneas contra presidentes municipales de la región sur.
La situación ha encendido las alarmas entre ciudadanos y sectores sociales, quienes temen que los ataques verbales sean la antesala de acciones violentas. La pregunta que ronda en el aire es clara: ¿qué tan fuerte es el poder del crimen organizado en el sur de Veracruz que ahora se atreve a desafiar abiertamente a las autoridades locales?
El gobierno estatal, encabezado por la gobernadora Rocío Nahle, enfrenta la presión de demostrar que los tres niveles de gobierno tienen la capacidad real de garantizar la seguridad de sus presidentes municipales y, por extensión, de la población que gobiernan.
En Acayucan, la frase dejada en el palacio municipal no es solo un mensaje: es un desafío al Estado y un recordatorio de que la violencia sigue marcando el pulso de la vida pública en Veracruz.
Redacción Reportaje Veracruzano