Ixtaczoquitlán en el ojo del huracán: Nahúm Álvarez Pellico arrastra un boquete de más de 52 millones en la Cuenta Pública 2024

Ixtaczoquitlán, Ver.– La administración municipal de Nahúm Álvarez Pellico se ha convertido en un caso de escándalo y presunto saqueo: el Órgano de Fiscalización Superior del Estado (Orfis) detectó un presunto daño a la hacienda municipal por 52 millones 584 mil 438 pesos tan solo en la Cuenta Pública 2024.
El golpe a las arcas no es menor. La cifra representa más del 10% del presupuesto de egresos municipal —que ascendió a 501 millones 465 mil 104 pesos en ese año, de acuerdo con datos oficiales del propio ayuntamiento—. Es decir, uno de cada diez pesos que debieron destinarse a obras, servicios y desarrollo social terminó bajo sospecha de uso irregular.

El informe del Orfis revela un abanico de irregularidades: desde deficiencias en obra pública que ponen en duda la calidad y transparencia de los contratos, hasta faltantes financieros directos, pasando por omisiones legales y fallas administrativas graves que, de no ser solventadas, podrían constituir responsabilidad penal.
La pregunta es inevitable: ¿qué tan profundo es el hoyo financiero que deja Nahúm Álvarez Pellico en Ixtaczoquitlán? ¿Se trata de simple incapacidad administrativa o de un esquema deliberado de desvío de recursos?

La magnitud del presunto daño no solo exhibe la fragilidad de las finanzas locales, sino también la tolerancia cómplice de quienes, dentro del cabildo y los órganos de control interno, guardaron silencio. Porque para que 52 millones “se evaporen” de la cuenta pública, no basta con la firma de un alcalde: hay un sistema entero de omisiones, subordinados y beneficiarios que se hicieron de la vista gorda.
Hoy, la ciudadanía de Ixtaczoquitlán carga con el lastre de un gobierno señalado por despilfarro y corrupción, mientras el Orfis coloca sobre la mesa un expediente que debería encaminarse a sanciones severas, tanto administrativas como penales.

El municipio, enclavado en una de las regiones más productivas de Veracruz, no merece ser reducido a botín político ni a caja chica de funcionarios de ocasión. La evidencia es contundente: si este presunto daño millonario queda en la impunidad, no será solo una derrota para Ixtaczoquitlán, sino un mensaje devastador para todo Veracruz: que el saqueo sigue siendo negocio y que la justicia no alcanza a los alcaldes que traicionan la confianza ciudadana.
Redacción Reportaje Veracruzano