
Poza Rica, Ver., miércoles 22 de octubre de 2025. — Con el respaldo del gobierno federal y la participación activa del gobierno estatal de Veracruz, más de veinte mil hogares afectados por las inundaciones en la zona norte de la entidad han empezado a recibir apoyos inmediatos para reconstruir viviendas, comercios y cultivos devastados por la contingencia.
En la ciudad de Poza Rica, cerca de 18 000 familias han iniciado el cobro del primer desembolso de 20 000 pesos por hogar, mientras que en el municipio de El Higo se contabilizan 2 500 hogares beneficiados hasta ahora. En el municipio de Álamo, el gobierno estatal acompaña a la Secretaría de Bienestar en la última fase del censo, especialmente en zonas rurales, para garantizar que todos los damnificados sean incorporados.

La titular de Bienestar en México, Ariadna Montiel Reyes, explicó que este apoyo de 20 000 pesos se otorga sin distinción del nivel de daño en esta primera etapa, y que en una segunda fase se entregarán recursos adicionales: hasta 50 000 pesos para locales comerciales, entre 50 000 y 100 000 pesos para productores agrícolas según la extensión de hectáreas afectadas, además de los recursos para reparación o reconstrucción de viviendas.
Simultáneamente, se establecerán esquemas de empleo temporal: en Poza Rica y Álamo se implementará el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que beneficiará a 5 000 jóvenes veracruzanos con un pago mensual de 8 500 pesos por participar en tareas de limpieza, reconstrucción de caminos, escuelas y servicios básicos. De noviembre a enero se activará el programa Empleo Construyendo el Futuro en la Huasteca, para contratar personas que colaboren en la recuperación de infraestructura social y productiva, generando ingresos temporales mientras se reactiva la economía regional.

Para evitar aglomeraciones y asegurar transparencia, los beneficiarios son convocados mediante mensaje de texto con fecha y hora asignadas. Los pagos se realizan de forma escalonada y en coordinación con el Banco del Bienestar y la Secretaría de Bienestar. En las jornadas de atención participan elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional, la Secretaría de Salud, el IMSS Bienestar, junto con autoridades estatales y municipales bajo la coordinación general del gobierno estatal.
Además de los apoyos económicos, las familias damnificadas recibirán paquetes alimentarios, útiles escolares y atención médica. Las viviendas ubicadas en zonas de riesgo serán eventualmente reubicadas por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), en coordinación con el gobierno de Veracruz.
Lo que este arranque del programa revela
Este despliegue de recursos representa el primer gran paso de respuesta gubernamental ante la emergencia que azotó el norte de Veracruz. La cifra de más de 20 000 hogares beneficia a una parte importante de los afectados, pero la escala del desastre —inundaciones, daños en viviendas, comercios y cultivos— exige más. De acuerdo con fuentes nacionales, se destinarán 10 000 millones de pesos a cinco estados, entre ellos Veracruz, para hacer frente a los daños provocados por las lluvias e inundaciones, lo que refuerza la magnitud del reto.

El verdadero desafío será que estos apoyos no queden como anuncio, sino que se transformen en viviendas reconstruidas, negocios operando de nuevo, campos cultivados recuperados y una economía regional que vuelva a moverse. Si bien la estrategia contempla empleo temporal y apoyos diferenciados, el éxito dependerá de la rapidez, la cobertura real entre las comunidades rurales más afectadas y la transparencia en la entrega.
Para los damnificados, lo urgente ya empezó: un primer apoyo llegó. Pero lo que sigue es la prueba mayor: que no los dejen en el camino cuando la limpieza y el anuncio mediático acaben, y que la reconstrucción llegue —como se prometió— “cuando mucho un año o dos”, según lo expresado por la gobernadora al afirmar que “el tema no es de dinero, es de trabajo, de limpieza, de reconstrucción y de atención.”

La promesa está hecha. Ahora Veracruz necesita que el respaldo se convierta en impacto real, que las comunidades no solo registren un apoyo, sino que vean su vida transformada. Y que este episodio no se convierta en otro número más en el catálogo de desastre sin justicia ni seguimiento.
Redacción Reportaje Veracruzano