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SANGRE Y SILENCIO EN YANGA: TERCER ASESINATO EN OCHO DÍAS DESNUDA EL COLAPSO DE LA SEGURIDAD LOCAL

Yanga, Ver.– La violencia se ha vuelto una sombra constante sobre este municipio histórico. La tarde de este lunes, un taxista identificado como Guillermo, conocido entre sus compañeros como “El Memo”, fue ejecutado a balazos cuando conducía el taxi número 07 en la localidad de Francisco Paz, en lo que parece ser otro golpe directo a la estabilidad social de la región.

El crimen ocurrió prácticamente a la misma hora en que fue asesinada la excandidata del Partido del Trabajo (PT), Jessica Luna Aguilera, en Potrero Nuevo, municipio de Atoyac. Dos muertes casi simultáneas que cimbran a la población y dejan al descubierto un patrón de violencia inquietante.

Según los primeros reportes, El Memo, quien había sido concesionario de tres unidades de taxi —los números 100, 03 y 07—, ya no laboraba al volante desde hacía tiempo. Se dedicaba únicamente a la administración de sus vehículos. Sin embargo, por razones aún desconocidas, decidió conducir el taxi 07, el mismo con el que encontró la muerte.
El ataque ocurrió cuando se desplazaba del poblado La Concha hacia Yanga. Hombres armados lo interceptaron y abrieron fuego, privándolo de la vida en el acto.

Este asesinato marca el tercer crimen violento en menos de ocho días en Yanga, luego del homicidio del excomandante de la Policía Municipal, seguido del de la excandidata Jessica Luna, y ahora el del taxista “El Memo”. Tres ejecuciones, tres sectores distintos —seguridad, política y transporte—, y un mismo denominador: impunidad.

Tras los hechos, se desplegó un operativo conjunto por aire y tierra, con participación de fuerzas estatales y federales, aunque sin resultados positivos. La población, por su parte, se mantiene entre el miedo y la resignación, mientras crece la percepción de que la violencia se ha desbordado sin control.

En Yanga, el “primer pueblo libre de América”, la libertad hoy se siente amenazada.
Las ejecuciones consecutivas dibujan un panorama desolador que exige respuestas urgentes: ¿quién controla realmente las calles de Yanga? ¿Y por qué los crímenes parecen tener la precisión de un mensaje?

Mientras las autoridades callan, los habitantes de este emblemático municipio veracruzano viven bajo el eco de las balas y la incertidumbre.

Redacción Reportaje Veracruzano

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