“Una hora en el paraíso”: el volcán que mira al dolor humano

La Perla, Veracruz — Por las faldas del Pico de Orizaba, el arte se funde con la denuncia social
En las montañas altas de Veracruz, donde el aire es más delgado y las nubes parecen rozar los tejados, las cámaras de cine han comenzado a registrar algo más que paisajes. En La Perla, un pequeño municipio serrano al pie del Pico de Orizaba, el silencio de los bosques y la pureza de sus ríos se han convertido en escenario de una historia profundamente humana: la trata de niñas en México.
El director Miguel Alcantud, conocido por su cine con enfoque social, eligió este rincón veracruzano para dar vida a “Una hora en el paraíso”, un largometraje que busca mostrar la fragilidad de la inocencia frente al poder oscuro de las redes de explotación. Su propuesta no pretende solo narrar, sino también despertar conciencia sobre un fenómeno que, aunque suele permanecer oculto, deja huellas en todos los estratos de la sociedad.

“El tráfico y la trata de infantes son heridas que atraviesan fronteras —explica Alcantud—. Queremos que esta película no solo compita en festivales, sino que sirva para mirar de frente un problema que el mundo tiende a ignorar.”
El rodaje comenzó en la comunidad de San Miguel Chinela, donde las casas de madera se aferran a la montaña y las mañanas huelen a tierra húmeda y leña. En estos parajes, el equipo de producción convive con los habitantes, quienes no solo observan el proceso, sino que participan activamente: algunos como extras, otros como asistentes técnicos o en labores logísticas.
Para los niños y jóvenes del municipio, la experiencia se ha convertido en un taller viviente de cinematografía. Alcantud y su equipo les enseñan cómo funciona una cámara, cómo se organiza un rodaje, y sobre todo, cómo contar historias que importan.
La película, según el cineasta, es también un gesto de gratitud hacia los pueblos de montaña. “La Perla ofrece una belleza natural indómita, pero también una humanidad profunda. Aquí la gente no actúa, vive lo que cuenta”, comenta.

El proyecto cuenta con el respaldo de la presidenta municipal Ruth García Meza, quien facilitó la logística del rodaje. El director agradeció su apoyo, pero lamentó la falta de inversión en el cine nacional:
“Producir cine es costoso: implica artistas, técnicos, vehículos, una estructura completa. Hoy, los empresarios apuestan poco por el séptimo arte, y sin embargo, es una herramienta poderosa para transformar realidades.”
“Una hora en el paraíso” promete no solo ser un testimonio cinematográfico, sino una ventana hacia las contradicciones del México contemporáneo: un país donde la belleza natural puede convivir con la tragedia humana.
Desde las laderas del volcán más alto del país, la cámara de Alcantud se convierte en un ojo que observa y denuncia, que celebra la vida pero también exige justicia. Porque, en este rincón del mundo, incluso el paraíso puede tener su hora más oscura.
Redacción Reportaje Veracruzano