VERGÜENZA EN EL CENTRO DE JUSTICIA PARA MUJERES: FISCAL VIOLENTA, IMPUNE Y PROTEGIDA POR SUS “COMPADRES” DEL PODER

Por Redacción de Reportaje Veracruzano
Xalapa, Ver., 31 de octubre de 2025
El Centro de Justicia para Mujeres del Estado de Veracruz, institución que debería ser un refugio para víctimas y un bastión de legalidad, hoy está hundido en un escándalo de corrupción, abuso y encubrimiento. En su corazón late la figura de Obdulia Vidal Suárez, una fiscal señalada por violencia laboral, prepotencia, manipulación de procesos judiciales y vínculos de compadrazgo con altos mandos de la Fiscalía General del Estado.
De acuerdo con denuncias internas reveladas por Periódico Veraz y testimonios directos de trabajadores, Vidal Suárez habría convertido su oficina en un espacio de intimidación y terror institucional, abusando de su cargo para hostigar, amenazar y silenciar a quienes se atreven a cumplir la ley por encima de sus intereses.
Los testimonios son demoledores:
- Maltrato directo a víctimas de violencia, a quienes incluso obliga a redactar sus propias denuncias.
- “Venta” de procedimientos abreviados, con los que presuntamente reduce agravantes a cambio de favores económicos.
- Manipulación de carpetas de investigación, archivando casos que deberían llegar a juicio.
- Citas a abogados y defensores a altas horas de la madrugada, cuando no hay supervisión institucional.
- Asistencia al trabajo bajo los efectos del alcohol y difusión de información privada del personal.
La funcionaria no actúa sola. Goza de protección política e institucional gracias a su cercanía con la coordinadora de fiscales, Roberta Ayala Luna, a quien llama abiertamente “mi comadre”, lo que la hace sentirse intocable. Incluso, a pesar de las múltiples quejas formales y del descontento general, recientemente fue premiada como la “mejor fiscal” del estado, un insulto a las verdaderas servidoras públicas que enfrentan la violencia desde el profesionalismo.
La situación es tan grave que empleados del Centro de Justicia temen por su seguridad y aseguran que sus denuncias son ignoradas o bloqueadas desde dentro de la Fiscalía. El clima laboral —descrito por varios como de “miedo y silencio”— refleja un sistema podrido que protege al agresor y castiga al denunciante.
A esta cloaca de impunidad se suma un testimonio paralelo desde la Secretaría de Turismo (SECTUR), donde también se denuncian actos de prepotencia, violencia verbal y abuso de poder por parte de altos funcionarios, incluidos directores y subsecretarios que han degradado el ambiente laboral a un escenario de humillación y autoritarismo.
La pregunta es inevitable: ¿cuántos otros centros, dependencias y fiscalías del estado están bajo el mismo patrón de abuso, encubrimiento y corrupción?
El caso de Obdulia Vidal Suárez es un símbolo de todo lo que está podrido en la estructura de justicia veracruzana. Una institución que nació para proteger mujeres hoy protege a su verdugo. Y el silencio oficial, ese que calla y premia a los violentos, es la prueba más obscena de que en Veracruz, la justicia sigue secuestrada por los compadres del poder.
Redacción Reportaje Veracruzano



