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DESCARRILAMIENTO EN LA LÍNEA Z: EL TREN INTEROCEÁNICO SE SALE DE LAS VÍAS Y ABRE INTERROGANTES SOBRE SU OPERACIÓN

Xalapa, Ver.— El proyecto insignia de conectividad del sureste mexicano volvió a colocarse bajo el reflector, no por sus promesas de desarrollo, sino por un accidente que encendió las alertas. La mañana de este domingo 28 de diciembre, el vagón principal del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, en su Línea Z —ruta Salina Cruz, Oaxaca–Coatzacoalcos, Veracruz—, se descarriló a la altura de Nizanda, Oaxaca, con cerca de 250 personas a bordo.

El convoy había salido puntualmente a las 8:00 de la mañana. En total viajaban 241 pasajeros y nueve integrantes de la tripulación, distribuidos en dos locomotoras y cuatro vagones. Fue la máquina principal la que terminó fuera de las vías, en un punto donde la señal telefónica es escasa y la información comenzó a fluir de manera fragmentada y contradictoria.



Mientras la Secretaría de Marina, responsable de la administración del Tren Interoceánico, aseguró en un comunicado que no se reportaban personas lesionadas y que la atención a los usuarios fue inmediata, autoridades locales en Oaxaca ofrecieron una versión distinta. El alcalde de Asunción Ixtaltepec, Oswaldo Chiñas Cruz, confirmó que sí hubo personas heridas, quienes estaban siendo trasladadas a Matías Romero para recibir atención médica, aunque sin precisar número ni gravedad.

La diferencia entre los discursos oficiales abrió un vacío informativo que, por varias horas, fue llenado por la incertidumbre de familiares, pasajeros y usuarios del sistema ferroviario. La falta de señal en la zona complicó la actualización de datos y evidenció las limitaciones logísticas en un proyecto que presume modernidad, pero que opera en regiones con infraestructura precaria.

Ante el accidente, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, informó que personal de Protección Civil estatal, corporaciones de seguridad y servicios de emergencia fueron desplegados de inmediato para auxiliar a los pasajeros. Posteriormente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo confirmó que, en coordinación con gobiernos estatales, se sumaron a las labores la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y el IMSS-Bienestar.



Más allá del saldo oficial, el descarrilamiento vuelve a poner sobre la mesa preguntas incómodas: ¿en qué condiciones reales opera el Tren Interoceánico?, ¿existen evaluaciones técnicas suficientes sobre las vías y las locomotoras?, ¿están preparados los protocolos de emergencia para responder con claridad y transparencia?

El Tren Interoceánico ha sido presentado como una pieza clave para detonar el desarrollo económico del Istmo de Tehuantepec y del sur de Veracruz. Sin embargo, episodios como este recuerdan que la seguridad operativa y la información veraz no son detalles menores, sino pilares fundamentales para la confianza ciudadana.

La Secretaría de Marina aseguró que continuará informando a través de sus canales oficiales. Mientras tanto, el descarrilamiento en la Línea Z no solo dejó un tren fuera de las vías, sino también una estela de dudas que exigen respuestas técnicas, claras y oportunas. En un proyecto de esta magnitud, el silencio o la contradicción también descarrilan.

Redacción Reportaje Veracruzano

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