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“LEVANTAN AL HIJO DE UN EMPRESARIO EN RAFAEL DELGADO: OTRO SECUESTRO ANUNCIADO QUE EL GOBIERNO DEJÓ CRECER”

La noche en Jalapilla volvió a gritar lo que las autoridades insisten en no escuchar: la delincuencia manda y la ciudadanía obedece.

Rafael Delgado, Ver., 3 de diciembre de 2025.— En un municipio donde la extorsión ya opera como si fuera una oficina más del gobierno, anoche un comando armado levantó al hijo de un empresario cuando apenas cruzaba la puerta de su casa en Jalapilla. No fue un ataque sorpresivo: fue una operación precisa, absoluta, calculada… y previsiblemente impune.

Eran las 10:30 de la noche cuando los vecinos reportaron detonaciones en la Avenida Lázaro Cárdenas. Al llegar, policías municipales y elementos del Ejército solo hallaron casquillos de armas largas, un retrato ya habitual del vacío de autoridad: mucho casquillo, cero responsable. Ni rastro de la víctima, ni rastro del comando. Solo la evidencia fría de una ejecución quirúrgica.

Momentos después se confirmó lo que los vecinos temían: no era un ataque fortuito, era un levantón perfectamente ejecutado. Dos camionetas cerraron el paso al joven cuando intentaba subir a su vehículo; al resistirse, lo sometieron a balazos y lo obligaron a abordad otra unidad antes de desaparecer rumbo a quién sabe qué infierno.

Mientras la familia vive una madrugada interminable y la región completa respira miedo, las corporaciones implementaron —otra vez— el clásico operativo de búsqueda que, como siempre, no arrojó absolutamente nada hasta esta mañana. Ni un detenido, ni un indicio claro, ni una línea de investigación sólida. Solo la repetición automática del discurso oficial: “seguimos trabajando”.

LA EXTORSIÓN: EL SECRETO A VOCES QUE TODOS CONOCEN, MENOS EL GOBIERNO

En Rafael Delgado, como en buena parte de Veracruz, el cobro de piso dejó de ser una sospecha y se convirtió en un impuesto paralelo que los trabajadores y empresarios pagan para no morir. Este caso no es un hecho aislado, sino el síntoma brutal de una enfermedad que se dejó avanzar por omisión, complicidad o simple incapacidad gubernamental.

Vecinos y comerciantes coinciden: este secuestro pudo ser resultado de una extorsión. Y si es así, el mensaje es claro: quien no paga, desaparece.

LOS TRES NIVELES DE GOBIERNO: UN SILENCIO QUE DUELE Y DELATA

Lo verdaderamente escandaloso no es solo el crimen, sino el patrón:
— Se sabe quién extorsiona.
— Se sabe dónde operan.
— Se sabe cómo trabajan.
— Y aun así, nadie mete las manos.

El país entero ve cómo Veracruz cae, municipio por municipio, en las manos de estructuras criminales fortalecidas por la inacción oficial. No es falta de información: es falta de voluntad.

UN SECUESTRO QUE EXIGE RESPUESTAS

Hoy, mientras una familia enfrenta su peor pesadilla y un municipio entero vive bajo amenaza, las autoridades deben explicar por qué dejaron crecer a los grupos que hoy deciden quién vive, quién paga y quién desaparece.

Porque este levantón no es un hecho aislado.
Es una advertencia.
Es una radiografía del colapso.
Es la consecuencia de un Estado ausente.

Y si el gobierno no frena esto ahora, mañana la noticia será peor.

Redacción Reportaje Veracruzano

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