Cuando la democracia se convierte en espectáculo: el asalto de Morena a Boca del Río

Boca del Río no es territorio de ocurrencias; es plaza donde la voluntad popular fue clara el 1 de junio: María Josefina “Maryjose” Gamboa, del PAN, ganó legítimamente la alcaldía. Ahora, sin embargo, se libra una batalla paralela —cínica, manipulada, desesperada— para borrar esa victoria por otros medios: falsificación de firmas, denuncias inventadas, presiones institucionales.
El montaje
Maryjose Gamboa denunció que Morena ha intentado “fabricar una denuncia” para arrebatarle lo que no lograron en las urnas. Denuncia penal por falsificación de documentos y firmas, acuses de recibido adulterados, un supuesto juicio de violencia política de género que, según Gamboa, jamás se presentó, y 50 recursos impugnatorios, todos desechados hasta ahora.
El Tribunal Electoral de Veracruz (TEV), por unanimidad, confirmó el triunfo de Gamboa. Declaró improcedentes los agravios de Morena: no hay violaciones sustanciales del proceso, no hay pruebas de nulidad, no se acreditaron los topes de gasto excedidos, y tampoco una demanda por violencia política en razón de género que afectara formalmente el resultado.
La treta al desnudo
Veamos lo grotesco del asunto:
- Presentar un “acuse de recibido” de una denuncia que, si revisas con lupa, no existe; que el OPLE niega; y aún así pretender usarlo como prueba válida. Esa es la evidencia de falsificación de documentos, dicen quienes denuncian.
- Pretender que un documento extemporáneo y presuntamente forjado evolucione dentro del proceso electoral, cuando los plazos legales ya están vencidos. En otras palabras: buscar una puerta trasera para alterar lo que los votantes ya hicieron con su voto.
- Presionar a los magistrados del TEV para que acepten recursos que no cumplen con formalidades legales, que no tienen sustento en tiempo o forma, con la ilusión de sembrar dudas, generar retrasos, inflamar controversias. Esa actitud pone en tela de juicio la integridad del sistema electoral.
¿Por qué importa, aunque “el triunfo ya fue confirmado”?
Porque con esto no solo se quiere ganar fuera de las urnas; se quiere establecer un precedente peligroso: que la elección democrática puede ser violentada por trampas jurídicas, documentos falsos y presiones políticas.
- La confirmación del TEV no apaga la tensión: Morena parece empeñado en seguir buscando cómo “tumbar” el triunfo, aun cuando la legalidad no le da margen.
- Que haya denuncia penal en puertas demuestra que no se trata de diferendos políticos menores, sino de acusaciones de delitos graves: falsificación de firmas, falsificación de documentos, uso de recursos ilegales en el proceso legal.
Aquí no bastan las sentencias unánimes del Tribunal. Aquí se exige vigilancia ciudadana, transparencia real, sanción ejemplar en caso de que se comprueben las falsificaciones. Porque si Morena logra, aunque sea por la vía legal (o la falsa apariencia legal), que se revoque el triunfo legítimo, estaremos ante un golpe a la confianza pública, una merma grave de la democracia.
Columna Reportaje Veracruzano