Poza Rica, Ver. — Hay momentos en que el liderazgo no se mide por discursos, sino por acciones. En medio de la adversidad que vive Poza Rica tras las recientes inundaciones, Adanely Rodríguez Rodríguez ha dejado atrás cualquier distancia o formalidad para ponerse, literalmente, las botas y sumarse al esfuerzo colectivo que busca devolverle la normalidad a la ciudad.
Sin reflectores, sin cámaras, sin el guion político que tantos repiten, Adanely se ha mezclado entre la gente, recorriendo calles anegadas, entregando víveres, escuchando y trabajando junto a quienes más lo necesitan. Su presencia en las colonias afectadas no ha pasado desapercibida: ahí, entre el lodo y los escombros, ha surgido una nueva faceta de la lideresa, una que inspira respeto y reconciliación.
“Poza Rica se levanta con unión, con la fuerza de su gente”, ha dicho, y lo está demostrando. Desde los primeros días de la contingencia, Adanely ha estado coordinando brigadas de limpieza, distribuyendo alimentos, organizando apoyos médicos y, sobre todo, acompañando a la población con empatía genuina y sin intermediarios.
En colonias como Ampliación Nacional, Arroyo del Maíz, y 27 de Septiembre, su figura se ha vuelto símbolo de solidaridad. Los vecinos lo reconocen: “no llegó en camioneta, llegó caminando, embarrada de lodo, pero con ganas de ayudar”. Esa imagen, más que cualquier discurso, resume la esencia de lo que hoy representa: una mujer que aprendió que el poder más grande es servir.
Lejos de los rumores, de la grilla y las viejas críticas, Adanely ha optado por una ruta distinta: la del trabajo tangible, la del compromiso real. Su esfuerzo no es una estrategia, sino una respuesta humana ante el dolor de su pueblo.
Porque mientras otros observan desde lejos, ella actúa.
Mientras algunos calculan el momento oportuno, ella ya está en la faena.
Y mientras la ciudad intenta ponerse de pie, ella es parte del impulso que la levanta.
Hoy, Poza Rica encuentra en Adanely Rodríguez no solo a una servidora pública, sino a una aliada. Una mujer que entendió que el verdadero liderazgo no se impone, se construye con el sudor, la humildad y la entrega.
Trabajo mata grilla — y en este nuevo capítulo, Poza Rica lo está comprobando.
Redacción Reportaje Veracruzano
