
Por Redacción Reportaje Veracruzano
Xalapa, Ver. — La Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV) atraviesa una de las peores crisis en su historia. Este miércoles, decenas de maestros y directores solidarios salieron a las calles y tomaron Plaza Lerdo, en la capital del estado, para exigir lo que debería ser un derecho elemental: el pago por su trabajo.
“Llevamos tres meses sin recibir nuestra gratificación, pero seguimos dando clases, seguimos cumpliendo con nuestros alumnos”, denunció el profesor Carlos Sierra, originario de Orizaba, visiblemente indignado.
La protesta expuso una realidad que ya no se puede maquillar: una universidad sin cabeza, sin rector legítimo y con miles de estudiantes atrapados entre la burocracia y la indiferencia gubernamental.
Una institución sin rumbo
Desde septiembre, la UPAV no cuenta con una dirección formal. El relevo de Raúl Rendón Torres, quien fue nombrado rector pese a los señalamientos por no contar con título ni cédula profesional, dejó un vacío que hoy se traduce en certificados detenidos, trámites inconclusos y ciclos escolares en riesgo.
Los maestros, que laboran bajo la figura de “asesores solidarios”, denunciaron que no existe interlocutor válido ni estructura operativa que atienda las necesidades más básicas. “No hay quién firme documentos ni quién dé respuestas. Esto ya es un caos total”, afirmaron los manifestantes.
Nuevas reglas que contradicen el espíritu de la UPAV
Además del adeudo de pagos, los profesores denunciaron nuevas disposiciones impuestas por la administración interina, entre ellas la obligación de abrir grupos sólo si hay un mínimo de 25 alumnos. Una regla que —según los docentes— rompe con el principio fundacional de la UPAV, que nació para llevar educación a las comunidades rurales y marginadas, sin importar el número de inscritos.
“Nos están arrebatando el sentido social de la universidad”, reprochó Carlos González, otro de los docentes inconformes.
Educación en jaque, estudiantes varados
Las consecuencias ya son palpables. Cientos de estudiantes no pueden titularse ni obtener sus certificados, mientras los maestros sostienen el sistema educativo con recursos propios.
Los manifestantes advirtieron que, si las autoridades no responden pronto, el paro podría extenderse y poner en riesgo el semestre completo.
“No queremos más promesas ni reuniones estériles. Queremos hechos, queremos respeto”, sentenciaron frente a Palacio de Gobierno.
Mientras tanto, el silencio oficial continúa.
Y con él, crece el eco de una pregunta incómoda:
¿Quién está dejando morir a la UPAV?
Redacción Reportaje Veracruzano



