SEÑALES DE ALERTA EN TURISMO: HOTELEROS PREPARAN AMPAROS PARA FRENAR EL USO DEL IMPUESTO AL HOSPEDAJE; NAHLE, ANTE SU PRIMER GRAN FUEGO CRUZADO

El conflicto está servido y no es menor. Hotelero que paga, hotelero que hoy desconfía. Las siete regiones turísticas del estado —con especial énfasis en el Totonacapan— han comenzado a mover piezas legales para ampararse y blindar los recursos del Fideicomiso del 2 por ciento al Hospedaje, ante lo que consideran un intento de desvío del objetivo original del impuesto: la promoción turística real y medible de Veracruz.
La instrucción, según fuentes del propio sector, fue clara y frontal. Tras una reunión regional, Jorge Flores Lara llamó a impulsar amparos para impedir que el secretario de Turismo, Igor Roji, disponga de esos recursos para justificar gastos relacionados con su viaje a la FITUR en Madrid y una gira promocional bajo el eslogan “Por Amor a Veracruz”. El reclamo no es retórico: el impuesto tiene destino específico y no puede convertirse en caja chica para agendas personales ni para eventos sin retorno comprobable.
El malestar crece por una razón incómoda para el gobierno: el dinero del 2% no se ejerce desde 2023. Es decir, años de recaudación sin resultados, sin campañas estructuradas, sin métricas públicas y sin impacto claro en ocupación, derrama o posicionamiento. Ahora, cuando el recurso reaparece en el radar, lo hace —denuncian los hoteleros— para tapar boquetes y dar cobertura administrativa a gastos que no pasaron por la planeación ni por el consenso del sector que los genera.
La narrativa oficial promete promoción; el sector exige cuentas. ¿Dónde están los proyectos? ¿Cuáles son los indicadores? ¿Qué beneficios tangibles dejó la feria turística? ¿Por qué se pretende cargar a un fideicomiso etiquetado gastos que debieron presupuestarse con transparencia? Las preguntas se multiplican y las respuestas no llegan.
Aquí emerge el problema político mayor: la gobernadora Rocío Nahle García hereda —y enfrenta— un conflicto que amenaza con judicializarse. Si los amparos avanzan, no solo se exhibirá una crisis de confianza entre gobierno y hoteleros; también quedará al descubierto la fragilidad del control y la rendición de cuentas en una de las áreas más sensibles para la economía estatal.
El sector privado no habla de errores: habla de latrocinio. Y aunque la ley exige presunción de inocencia, la opacidad acumulada y el uso discrecional del fideicomiso colocan a Turismo en la mira. Veracruz no necesita slogans; necesita resultados. No necesita giras; necesita estrategia. No necesita ferias; necesita impacto.
Si el dinero es de la promoción, que se use para promover. Y si no, que la justicia lo diga. Porque cuando los que pagan el impuesto se organizan para defenderlo en tribunales, el mensaje es inequívoco: la paciencia se agotó.
Redacción Reportaje Veracruzano



