Hallan sin vida a presunta prima de la alcaldesa de Yanga; investigan posible crimen con implicaciones familiares y políticas

YANGA, VERACRUZ. — El hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer en el interior del taxi con número económico 84, en un paraje rural conocido como Corral de Piedra —ubicado entre los municipios de Cuitláhuac y Potrero Nuevo— ha encendido las alarmas en el centro del estado de Veracruz. La víctima, identificada extraoficialmente como Beatriz “N”, había sido reportada como desaparecida junto con la unidad de transporte público que conducía.
De acuerdo con versiones extraoficiales, Beatriz “N” sería prima de la actual presidenta municipal de Yanga, Nancy Virginia Abad González, información que hasta el momento no ha sido confirmada ni desmentida por el Ayuntamiento ni por la propia edil. La posibilidad de un vínculo sanguíneo entre la víctima y una autoridad en funciones añade una dimensión política y emocional particularmente sensible a este caso de presunta violencia letal.
El hallazgo se registró la tarde del domingo 15 de junio. Al lugar acudieron elementos de la Policía Estatal, Guardia Nacional y personal de la Fiscalía General del Estado, quienes acordonaron la zona y realizaron las primeras diligencias. El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense para su identificación oficial y la práctica de la necropsia de ley.
Vecinos y colegas del gremio taxista expresaron su consternación por el crimen, destacando que la víctima era una mujer trabajadora, conocida y apreciada en la comunidad. Algunos de ellos, bajo condición de anonimato, señalaron que “todos sabían que era familia de la presidenta”, aunque esta versión aún carece de sustento documental oficial.
Este sería el segundo asesinato de una mujer vinculada al servicio de taxi en la región en lo que va del mes, y el tercero en circunstancias similares desde abril, lo que refuerza la percepción de inseguridad en la zona central del estado.
La Fiscalía mantiene abierta la carpeta de investigación, mientras que la sociedad exige no solo justicia, sino también transparencia por parte del gobierno municipal encabezado por Nancy Virginia Abad González. El silencio institucional sobre el presunto parentesco con la víctima ha generado un vacío que las redes sociales y medios locales han llenado con especulaciones, lo que podría derivar en consecuencias políticas si no se emite una aclaración oficial en breve.
La pregunta que se cierne sobre Yanga y sus habitantes es dolorosa y urgente: ¿hasta dónde alcanza la impunidad, cuando ni los lazos familiares con el poder logran proteger del crimen?
Redacción Reportaje Veracruzano