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Veracruz: El norte en llamas, Nahle y Sheinbaum bajo el fuego de la impunidad

Xalapa, Veracruz, 6 de agosto de 2025

En la región norte de Veracruz, el 2025 pinta un paisaje desolador donde la violencia, la inseguridad y las acusaciones de corrupción se entrelazan como una telaraña que el gobierno de Rocío Nahle parece incapaz de desmantelar. Mientras la gobernadora y su aliada en la presidencia, Claudia Sheinbaum, insisten en una narrativa de “paz y transformación”, los hechos en el terreno —especialmente en municipios como Tuxpan, Poza Rica y Tantoyuca— gritan una verdad más cruda: el crimen organizado campa a sus anchas, las promesas de infraestructura se tambalean bajo el peso de la opacidad, y el periodismo crítico es tildado de “carroñero” en un intento desesperado por silenciar las voces que cuestionan. ¿Es este el Veracruz de la Cuarta Transformación o un estado atrapado en el abandono y la retórica hueca?

Pedazos humanos fueron arrojados en la vía pública esto en la carretera Poza Rica – Cazones, sobre la autopista.

Un norte devorado por la violencia

En Tuxpan, el corazón económico del norte veracruzano, la ola de violencia no da tregua. En los primeros meses de 2025, cuatro empresarios fueron asesinados, incluyendo a Josué Cruz Martínez y Víctor Poisot Bermejo, junto con un comandante de la Policía Ministerial, Raúl Palma Moguel. La gobernadora Nahle ha descartado que estos crímenes estén ligados al cobro de piso, pero la ausencia de detenidos o líneas claras de investigación levanta sospechas. ¿Cómo es posible que, en un estado donde Nahle presume “avances sostenidos en seguridad”, los asesinatos de alto perfil queden en la impunidad?

En Álamo – Temapache, el secuestro y asesinato de una maestra que se negó a pagar extorsión fue atribuido por Nahle a un “infarto” tras la agresión, una explicación que roza lo inverosímil y que ha indignado a la ciudadanía.

Mientras tanto, en Tantoyuca, un accidente fatal en la carretera destapó no solo la precariedad de la infraestructura, sino también la falta de respuesta efectiva del gobierno estatal ante emergencias. Nahle, en su gira por el norte, promete rehabilitaciones carreteras con una inversión de más de 1,400 millones de pesos, pero los habitantes de la región se preguntan: ¿dónde está el impacto real de estos recursos? Los caminos siguen en mal estado, y la conectividad, lejos de mejorar, parece un espejismo en medio de la inseguridad que ahuyenta la inversión.

En la misma área pero sobre la carretera Tihuatlán – Veracruz también fueron colocados personas descuartizadas y cartulinas amenazantes, así como una narcolona

Corrupción: la sombra que persigue a Nahle

El pasado de Rocío Nahle como candidata no ha quedado atrás. Las acusaciones de enriquecimiento inexplicable, ventiladas durante su campaña por el empresario Arturo Castagné, siguen sin una explicación convincente. Propiedades en Veracruz, Nuevo León, Tabasco y hasta Estados Unidos han sido señaladas como parte de un patrimonio que no corresponde a los ingresos declarados de Nahle. Su defensa, respaldada por el expresidente López Obrador, se limitó a documentos que no disipan las dudas y a calificar las denuncias como “guerra sucia”.

Pero la opacidad no termina ahí. Las recientes críticas sobre la adjudicación directa de contratos de medicamentos a sobreprecio, presuntamente beneficiando a familiares cercanos, han sido esquivadas por Sheinbaum con un “no tengo toda la información” que suena más a evasión que a transparencia.

La relación entre Nahle y Sheinbaum, lejos de ser una alianza sólida, parece más bien una danza de conveniencia. Mientras Nahle busca el respaldo federal para proyectos como el Polo de Desarrollo para el Bienestar en Tuxpan, la presidenta se mantiene a distancia de los escándalos veracruzanos, limitándose a enviar 3,500 elementos de la Guardia Nacional para “blindar” un estado que, según Nahle, “está en paz”. ¿Es esta la estrategia de una administración comprometida o un intento de lavar la imagen de un gobierno estatal desbordado por la realidad?

En Túxpan en el penal hubo una masacre sin que las autoridades pudieran tener el control hasta el día siguiente.

Periodismo bajo ataque: ¿carroñeros o verdad incómoda?

Quizá lo más alarmante es el trato que el gobierno de Nahle dispensa a la prensa crítica. En un estado donde el periodismo ha pagado un costo altísimo —con agresiones documentadas que colocan a Veracruz como la tercera entidad más peligrosa para los comunicadores—, la gobernadora no ha dudado en descalificar a los medios que cuestionan su gestión. Su reciente declaración, tildando a los críticos de “zopilotes” en plena “temporada de carroñeros”, no solo es un ataque directo a la libertad de expresión, sino una admisión implícita de su incomodidad ante el escrutinio.

¿Qué teme Nahle que se descubra? ¿Por qué, en lugar de responder con hechos, opta por la descalificación?

El periodismo veracruzano, lejos de ser carroñero, ha sido valiente al documentar desde las extorsiones de agentes de tránsito en Naranjos hasta las amenazas a candidatos en municipios como Ixhuatlán del Café y Mariano Escobedo. Estos reporteros no solo enfrentan la censura oficial, sino también el riesgo de convertirse en “daño colateral” en un estado donde la violencia política ha crecido un 300 % en un sexenio.

Sheinbaum y Nahle: una transformación a medias

Mientras Claudia Sheinbaum presume una estrategia nacional contra el crimen, su silencio ante los desmanes en Veracruz es ensordecedor. La presidenta, que ha prometido no proteger a nadie implicado en el huachicol tras el desmantelamiento de una refinería clandestina en Coatzacoalcos, parece reacia a meter las manos en el fuego por Nahle.

¿Es esto un distanciamiento táctico o una señal de que el proyecto de la 4T en Veracruz se tambalea? La ruptura de Nahle con figuras clave de Morena, como Adán Augusto López Hernández, y su rechazo a la incorporación de los Yunes al partido, revelan fisuras internas que debilitan aún más su liderazgo.

El norte de Veracruz, con su riqueza petrolera y estratégica, debería ser un bastión de desarrollo. Sin embargo, bajo el mando de Nahle, se ha convertido en un polvorín donde la violencia, la corrupción y la retórica vacía dominan el panorama.

Los veracruzanos merecen respuestas, no descalificaciones. Merecen seguridad, no promesas de infraestructura que no llegan. Y, sobre todo, merecen un periodismo libre que no sea estigmatizado por decir la verdad.

La pregunta persiste: ¿es Rocío Nahle la gobernadora que Veracruz necesita, o es apenas una extensión de un proyecto nacional que, en palabras de los ciudadanos, “promete mucho y cumple poco”? Y a Sheinbaum, ¿le basta con enviar refuerzos federales mientras el norte veracruzano se desangra?

El tiempo, y la valentía de los “carroñeros” que no se callan, dará la última palabra.


Redacción Reportaje Veracruzano

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