Estero Tenechaco: El ocaso de un ecosistema bajo la indiferencia gubernamental de Túxpan

Tuxpan, Ver. – El Estero Tenechaco agoniza. Lo que alguna vez fue un refugio de biodiversidad y sustento para las comunidades cercanas, hoy es un cuerpo de agua contaminado en un 70 por ciento, víctima de la negligencia y la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades. La descarga constante de Estero Tenechaco: El ocaso de un ecosistema bajo la indiferencia gubernamental
Tuxpan, Ver. – El Estero Tenechaco agoniza. Lo que alguna vez fue un refugio de biodiversidad y sustento para las comunidades cercanas, hoy es un cuerpo de agua contaminado en un 70 por ciento, víctima de la negligencia y la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades. La descarga constante de aguas residuales ha convertido este ecosistema en un foco de degradación ambiental que avanza sin freno a lo largo de sus 12 kilómetros.
Rubén Cristóbal Vázquez, ingeniero ambiental, advierte que la contaminación ha roto el equilibrio ecológico del estero. “Los microorganismos naturales están muriendo y con ellos desaparece la capacidad del ecosistema para regenerarse”, explica. Sin embargo, las advertencias de los expertos parecen caer en oídos sordos, mientras el manglar sigue deteriorándose.
El impacto va más allá del daño ecológico. La contaminación del estero también representa un riesgo para la salud humana, ya que la pesca continúa sin regulaciones efectivas. “Los peces se alimentan de desechos, lo que los hace peligrosos para el consumo”, advierte el especialista. Aun así, no existe una estrategia oficial para frenar esta práctica ni para alertar a la población sobre los peligros de consumir especies contaminadas.
A pesar de que existen técnicas de bioremediación que podrían revertir el daño, su implementación requiere voluntad política y recursos que hasta ahora han brillado por su ausencia. ¿Cuánto tiempo más se permitirá la destrucción de este ecosistema antes de que las autoridades reaccionen? La respuesta, al parecer, sigue flotando en las aguas turbias del Estero Tenechaco.
residuales ha convertido este ecosistema en un foco de degradación ambiental que avanza sin freno a lo largo de sus 12 kilómetros.
Rubén Cristóbal Vázquez, ingeniero ambiental, advierte que la contaminación ha roto el equilibrio ecológico del estero. “Los microorganismos naturales están muriendo y con ellos desaparece la capacidad del ecosistema para regenerarse”, explica. Sin embargo, las advertencias de los expertos parecen caer en oídos sordos, mientras el manglar sigue deteriorándose.
El impacto va más allá del daño ecológico. La contaminación del estero también representa un riesgo para la salud humana, ya que la pesca continúa sin regulaciones efectivas. “Los peces se alimentan de desechos, lo que los hace peligrosos para el consumo”, advierte el especialista. Aun así, no existe una estrategia oficial para frenar esta práctica ni para alertar a la población sobre los peligros de consumir especies contaminadas.
A pesar de que existen técnicas de bioremediación que podrían revertir el daño, su implementación requiere voluntad política y recursos que hasta ahora han brillado por su ausencia. ¿Cuánto tiempo más se permitirá la destrucción de este ecosistema antes de que las autoridades reaccionen? La respuesta, al parecer, sigue flotando en las aguas turbias del Estero Tenechaco.
Redacción Reportaje Veracruzano