Huatusco: crimen brutal sacude a la región con hallazgo del cuerpo decapitado de joven presuntamente vinculado a robos
El hallazgo completo del cadáver de Guadalupe Melchor Peralta pone fin a una búsqueda marcada por el horror; su caso, un inquietante reflejo de la violencia creciente en las Altas Montañas.
Huatusco, Veracruz.– La violencia volvió a estremecer a Huatusco con el macabro hallazgo del cuerpo en descomposición de un joven identificado como Guadalupe Melchor Peralta, de apenas 24 años, cuyo caso ya había causado conmoción el pasado sábado, cuando vecinos de la colonia Reserva encontraron su cabeza abandonada en una cancha deportiva.
Este lunes, el resto del cadáver fue localizado entre el monte, detrás de una vivienda en la colonia Ampliación. Fueron los intensos olores fétidos los que alertaron a los habitantes de la zona, quienes notificaron de inmediato a las autoridades. Al sitio acudieron elementos de la Policía Municipal, Ministerial y peritos forenses para realizar el levantamiento del cuerpo y su posterior traslado al Servicio Médico Forense (SEMEFO).
El crimen, sumamente violento, no solo confirma la identidad de la víctima, sino que ha encendido las alarmas en una ciudad donde los linchamientos, las ejecuciones y los castigos ejemplares comienzan a aparecer como respuestas extrajudiciales en un contexto de impunidad.
Melchor Peralta había sido relacionado en redes sociales y por versiones extraoficiales con una serie de robos cometidos recientemente en la zona. Su decapitación, interpretada por algunos sectores de la población como un “ajuste de cuentas” o una advertencia directa a presuntos delincuentes, pone sobre la mesa la tensa relación entre la seguridad pública deficiente y la creciente idea de “justicia por mano propia”.
Las autoridades no han confirmado aún ninguna línea oficial de investigación. Sin embargo, el caso ya circula ampliamente en redes sociales, alimentando teorías y divisiones entre los habitantes: mientras unos ven en el crimen un acto de barbarie que debe castigarse sin titubeos, otros lo interpretan como un síntoma de hartazgo social ante el auge del delito común.
En medio de la incertidumbre, lo cierto es que Huatusco se enfrenta hoy no solo al luto, sino también al miedo y a la pregunta urgente sobre qué está fallando en el tejido de seguridad y justicia de la región.
Este caso marca un punto de inflexión que exige una respuesta institucional clara, contundente y humana: porque una sociedad que comienza a aceptar la brutalidad como solución, ya ha empezado a perderse a sí misma.
Redacción Reportaje Veracruzano
