ATENTAN CONTRA CANDIDATA DE MORENA Y BUSCAN CALLAR SU CAMPAÑA CON VIOLENCIA

Tempoal, Ver. — La violencia volvió a irrumpir en el escenario político de Veracruz: esta vez, con un ataque directo a la aspirante morenista Lucero del Ángel Lezama, quien sufrió un atentado contra su integridad la noche del lunes, cuando su vehículo fue blanco de agresiones que, por fortuna, no dejaron víctimas humanas, pero sí una alerta encendida en la región.
El atentado, que aún no ha sido completamente esclarecido por la Fiscalía General del Estado (FGE), dejó severos daños materiales y un manto de incertidumbre sobre la seguridad de los actores políticos en plena recta final del proceso electoral. Aunque se desconocen aún los responsables, el mensaje es claro: la violencia intenta imponerse en las urnas.
Frente a rumores que circularon con rapidez en redes sociales y medios locales sobre una presunta renuncia a la contienda, Morena desmintió categóricamente dicha versión. Incluso, difundieron un video donde Lucero aparece rodeada de su equipo de campaña, reafirmando su compromiso de seguir adelante. Su mensaje fue firme: “No nos vamos a detener por el miedo”.
El ataque a Del Ángel Lezama no es un caso aislado. Se suma a una lista creciente de agresiones contra candidatos y candidatas en distintas regiones del estado, lo que ha obligado a las autoridades a reforzar la seguridad en zonas consideradas de alto riesgo. En Tempoal, fuerzas federales ya han desplegado un esquema de vigilancia especial para la jornada electoral, mientras la FGE asegura estar “trabajando en el caso”.
Pero la pregunta sigue siendo incómoda y necesaria: ¿cuántos más tendrán que ser intimidados o silenciados para que se actúe con firmeza? La violencia política en Veracruz, especialmente en la Huasteca Alta, no puede seguir normalizándose bajo comunicados diplomáticos o promesas de investigación.
Lucero del Ángel, con su postura desafiante, se ha convertido en símbolo de una contienda electoral manchada por el miedo, pero también en emblema de una resistencia que se niega a claudicar.
La ciudadanía, por su parte, también se encuentra en vilo. Porque si atacar a una candidata es posible sin consecuencias inmediatas, ¿qué garantías tiene el pueblo de que su voluntad en las urnas será respetada? La respuesta, como siempre, está pendiente.
Redacción Reportaje Veracruzano