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Atrapados en la ruta: familia sobrevive al infierno en la carretera Xalapa–Veracruz

Por Reportaje Veracruzano | Redacción

Veracruz, Ver., 28 de mayo de 2025 — El reloj marcaba poco después del mediodía cuando el rugido de un tráiler se transformó en gritos de angustia y el estruendo de explosiones menores: el vehículo pesado se convirtió en una bola de fuego sobre la carretera federal Xalapa–Veracruz, a la altura del paraje industrial conocido como Maseca.

Carlos Antonio, un joven conductor de 26 años, viajaba junto a su esposa y su pequeña hija con rumbo a la Ciudad de México. Acababan de entregar una carga de sillas y mesas, sin saber que unos kilómetros más adelante enfrentarían una prueba de vida o muerte. “Noté que las baterías fallaban… luego todo fue muy rápido. Las llamas comenzaron a salir de golpe”, relató aún con el rostro cubierto de hollín y el temblor contenido en la voz.

La familia logró escapar segundos antes de que el fuego envolviera por completo la cabina del tráiler. «Un infierno sobre ruedas», como lo describieron testigos que se detuvieron para auxiliar, entre ellos otros transportistas que intentaron sofocar el fuego con extinguidores, sin éxito.

El incendio, presuntamente causado por un cortocircuito en el sistema eléctrico del vehículo, movilizó a cuerpos de emergencia de Veracruz y Tamsa. Bomberos enfrentaron llamas de hasta tres metros de altura y calor extremo que hizo estallar partes del motor. La Policía Estatal y la Guardia Nacional cerraron la circulación durante más de una hora para permitir las labores de contención y limpieza.

Pese a la violencia del siniestro y la pérdida total del tractocamión, no se registraron personas lesionadas. Un milagro en medio del caos.

Este episodio vuelve a poner en entredicho las condiciones técnicas y de mantenimiento de cientos de vehículos de carga que recorren diariamente las carreteras del estado. Mientras Carlos y su familia agradecen haber salido con vida, la escena del tráiler calcinado permanece como una advertencia encendida sobre la necesidad de reforzar inspecciones preventivas en el transporte nacional.

Una chispa bastó para encender el miedo. Un descuido más y la historia sería otra.

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