EN MEDELLÍN, LA VIOLENCIA TOCA LA PUERTA: INTENTAN ASESINAR A MUJER DE 69 AÑOS EN SU PROPIA CASA
Medellín de Bravo, Ver.— No hay edad que detenga a la violencia. Ni puertas que la contengan. En una escena que estremece por su frialdad, una mujer de 69 años fue atacada a balazos dentro de su vivienda en la colonia Gutiérrez Rosas, en el municipio de Medellín de Bravo. El agresor, un hombre joven que preguntó por otra persona, disparó sin titubeos contra Nelly, quien sólo abrió la puerta.
Los hechos ocurrieron en la calle Violetas, donde el crimen floreció al mediodía sin que nadie pudiera detenerlo. Según testimonios de vecinos, el sujeto —de entre 25 y 30 años— llegó con una pregunta y se fue dejando dos disparos: uno en el abdomen y otro en el brazo de la víctima. La mujer quedó tendida sobre el suelo de su propia casa, desangrándose mientras afuera la calle seguía su curso.
Fueron los gritos, no las sirenas, los primeros en romper el silencio. Vecinos corrieron a auxiliarla mientras otros llamaban desesperadamente al 911. Minutos después, paramédicos llegaron para estabilizarla y trasladarla de emergencia a un hospital. Su estado es delicado.
La Policía Municipal y Ministerial acudió al sitio e implementó un operativo para ubicar al agresor, pero hasta el momento no hay detenidos. El crimen ha dejado más preguntas que respuestas: ¿a quién buscaba realmente el atacante? ¿Fue un error o un mensaje? ¿Y por qué Medellín, un municipio en expansión, sigue fallando en garantizar seguridad básica a sus habitantes?
Medellín de Bravo ya no es sólo el lugar de segundas residencias, fraccionamientos cerrados y promesas inmobiliarias. Hoy es también el escenario de una impunidad que avanza sin pudor, donde un desconocido puede irrumpir en una casa y disparar contra una mujer de la tercera edad sin que nadie lo detenga.
Este atentado no puede quedar como una nota más en la estadística. Es urgente que las autoridades esclarezcan el motivo del ataque y den con el responsable. Porque cuando una mujer es baleada en su propio hogar, no sólo se rompe la paz de una casa. Se rompe el pacto más básico de la sociedad: la idea de que el hogar es un lugar seguro.
Redacción Reportaje Veracruzano
