Veracruz enfrenta un estiaje menos severo pero crítico: recursos hídricos al límite

Por Redacción Estatal | Veracruz, 15 de mayo de 2025
En el ocaso de la temporada de estiaje, Veracruz transita por un escenario de calor abrasador, ríos menguantes y una sequía que, aunque menos feroz que en años anteriores, mantiene en vilo a 35 municipios y pone a prueba la resiliencia de sus habitantes. A tan solo dos semanas del inicio oficial de la temporada de lluvias, el panorama actual refleja una crisis hídrica que exige acción inmediata y una reflexión profunda sobre la gestión del agua en el estado.
El termómetro en el puerto de Veracruz marcó ayer los 31 °C, con un sol implacable que no dio tregua durante el mediodía. La probabilidad de lluvias es prácticamente nula, según el reporte meteorológico, y los cuerpos de agua, como el río Jamapa, continúan su descenso alarmante. En la zona conurbada Veracruz–Boca del Río, los cortes de agua se han vuelto una rutina amarga para miles de familias, consecuencia de la disminución del suministro en las plantas potabilizadoras Tejar 1 y 2. En Xalapa, la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) mantiene un riguroso calendario de tandeos desde el 1 de mayo, una medida que evidencia la fragilidad de los sistemas hídricos ante el embate del estiaje.
La sequía moderada afecta a 35 municipios, con el sur del estado como epicentro de la preocupación, donde abril y mayo han sido los meses más duros. Más allá de las cifras, el impacto es tangible: comunidades enteras racionan el agua, los cultivos languidecen y el espectro de la desaparición del glaciar del Pico de Orizaba amenaza con agravar la crisis en el largo plazo. “Este año el estiaje es menos severo, pero no menos preocupante”, señaló Jessica Luna Lagunes, especialista en cambio climático. “La dependencia de fuentes de agua no sostenibles y la falta de infraestructura adecuada nos están pasando factura”.
Mientras tanto, las autoridades de Protección Civil han intensificado las alertas. La onda de calor que azota el estado ha disparado las recomendaciones de hidratación y prevención de incendios forestales, un riesgo latente en un entorno reseco por la ausencia de lluvias. Sin embargo, la esperanza se cierne en el horizonte: los pronósticos anticipan un junio con precipitaciones abundantes, un alivio esperado para los ecosistemas y las comunidades asfixiadas por la sequedad.
Este escenario no es solo un desafío climático, sino un llamado urgente a la acción. La gestión eficiente del agua, la reforestación y la inversión en infraestructura hídrica deben dejar de ser promesas para convertirse en realidades. Veracruz, un estado bendecido por su riqueza natural, no puede permitirse seguir al borde del colapso hídrico cada año. Mientras el reloj avanza hacia la temporada de lluvias, la pregunta persiste: ¿estaremos preparados para enfrentar el próximo estiaje?
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Redacción Reportaje Veracruzano