Víctor Hugo “N”, condenado a 70 años de prisión por la masacre que estremeció a Veracruz en 2011

Once años después de uno de los episodios más oscuros en la historia reciente de Boca del Río, se dicta justicia contra el autor intelectual de una tragedia que marcó al estado.
BOCA DEL RÍO, VER. — Catorce años después de la masacre que paralizó a Veracruz con horror, el brazo de la justicia finalmente alcanzó a Víctor Hugo “N”, declarado culpable por un juez de control del distrito judicial de Boca del Río y condenado a 70 años de prisión como autor intelectual de los delitos de homicidio doloso calificado en agravio de 65 víctimas y homicidio en grado de tentativa contra una persona identificada como T.L.M.
La sentencia, dictada este 14 de mayo de 2025, cierra —al menos en el terreno legal— uno de los capítulos más sangrientos del crimen organizado en la entidad, cuando en agosto y septiembre de 2011 aparecieron cuerpos sin vida en distintos puntos del municipio: sobre el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, así como en los fraccionamientos Jardines de Mocambo y Costa Verde. Aquellos días fueron el preludio del miedo institucionalizado y la militarización del estado.
Una deuda pendiente con la memoria colectiva
Aunque Víctor Hugo “N” no empuñó las armas, la justicia lo considera el responsable de orquestar la ejecución múltiple, que en su momento fue atribuida a la guerra entre cárteles por el control del corredor Veracruz–Boca del Río, y que reveló el profundo colapso de las instituciones de seguridad en esa época.
El caso se ventiló durante años en los laberintos del sistema penal, dentro de la causa 760/2018, hasta que finalmente se logró una sentencia condenatoria. El juez ordenó además la suspensión de los derechos civiles y políticos del sentenciado, así como el pago de una reparación del daño a las víctimas.
Un mensaje tardío pero firme
Organismos de derechos humanos han señalado que, aunque la condena llega con más de una década de retraso, representa un mensaje claro: el Estado no olvida ni perdona las atrocidades, y poco a poco se está desmantelando la impunidad que por años fue parte del tejido institucional de Veracruz.
La masacre de 2011 quedó en la memoria colectiva como una advertencia brutal del poder que llegaron a ostentar los grupos criminales en la región, y marcó un antes y un después en la política de seguridad nacional. Hoy, con la sentencia contra Víctor Hugo “N”, se escribe una página de justicia que muchos creían imposible.
El cierre simbólico de una herida abierta
La condena no devolverá la vida a las víctimas ni borrará el trauma colectivo, pero representa un acto simbólico de reivindicación histórica. Para los familiares de quienes fueron brutalmente ejecutados, este fallo representa algo más que años de cárcel: es el reconocimiento judicial del dolor, del agravio y de la necesidad de verdad.
Redacción Reportaje Veracruzano