Alerta RojaAltas MontañasOrizabaVeracruz Centro

INFAMIA EN EL TUBO: Ayuntamiento fulmina a “Lo Prohibido” tras exhibición de una niña durante festejo del Orizaba FC

Orizaba, Ver.— La algarabía por el reciente campeonato del Orizaba FC degeneró en una postal de vergüenza colectiva: una niña —no más de diez años— contoneándose en la barra de “table dance” del bar “Lo Prohibido” mientras jugadores y adultos coreaban su baile, entre botellas y aplausos. El video, viral en cuestión de horas, destapó una cloaca que hoy coloca al club, al establecimiento y a las autoridades municipales en la mira pública.

El manotazo oficial… ¿bastará?

Con la indignación en pleno hervor, el Ayuntamiento estampó sellos de clausura “preventiva” en las puertas del local la madrugada de este miércoles. Rey David Mejía Pliego, coordinador de Bares y Restaurantes, justificó la medida “bajo la apariencia del buen derecho” y aseguró que el cierre busca “salvaguardar la integridad de los menores y de los orizabeños en general”, aclarando que la investigación apenas inicia.

Pero la pregunta se impone: ¿por qué hubo que esperar a que las redes sociales incendiaran la pradera para actuar? La Ley Estatal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes y el artículo 201 del Código Penal Federal tipifican como corrupción de menores la exposición de niñas y niños a espectáculos sexuales. El bar contaba con licencia municipal; la presencia de una menor en un recinto donde fluía alcohol constituye, cuando menos, una violación flagrante de esas disposiciones.

Las coartadas que naufragan

En un comunicado escueto, la administración de “Lo Prohibido” intentó evadir culpas: “Se trató de un evento privado, fuera del horario comercial; únicamente facilitamos el espacio y los alimentos”.
La versión ofende la inteligencia: ¿Quién autorizó el ingreso de la menor? ¿Quién supervisó que el “evento familiar” se desarrollara en una barra para estriptis? Si el acto era privado, ¿por qué circula video tomado desde distintos ángulos?

El club Orizaba FC guarda silencio. Ningún directivo ha emitido postura sobre la presencia de sus jugadores —algunos menores de edad— en un antro nocturno donde una niña terminó bailando en el tubo. ¿Qué protocolo de conducta rige a los futbolistas? ¿Hay acompañamiento institucional para festejos post-partido? Hasta ahora, mutismo absoluto.

Responsabilidades en cascada

  1. Propietarios del bar: podrían enfrentar sanciones administrativas, penales y la pérdida definitiva de la licencia si se acredita la “corrupción de menores”.
  2. Organizadores del festejo: de confirmarse que un adulto facilitó la participación de la niña, la acusación podría escalar a explotación sexual infantil.
  3. Orizaba FC: la Fiscalía Especializada en Delitos contra Niñas, Niños y Adolescentes podría llamarlos a declarar por omisiones u encubrimiento.
  4. Ayuntamiento: queda bajo escrutinio su sistema de inspección nocturna. “Lo Prohibido” llevaba apenas días operando y ya exhibe un fallo de control elemental.

Voces que exigen más que sellos

Colectivos de protección infantil y activistas locales demandan que la clausura no sea “fuego de artificio” mientras se apacigua el escándalo. Exigen que el DIF Municipal se apersone en la investigación, que la Fiscalía General del Estado abra carpeta por corrupción de menores y que el Instituto Veracruzano del Deporte cite a declarar a los responsables del club.

“Sellar una puerta es fácil; lo difícil es romper la complicidad cultural que sexualiza a nuestras niñas”, acusa la activista Julieta Palacios, de la red Marea Violeta, quien también advierte que Veracruz figura entre los cinco estados con mayor incidencia de explotación sexual infantil.

Lo que sigue

El Ayuntamiento otorgó al establecimiento un breve plazo para presentar pruebas de descargo. De hallarse responsabilidad, el Código Hacendario Municipal prevé multas de hasta 10 000 UMAS y la revocación definitiva del permiso de operación; el Código Penal establece penas de cinco a diez años de prisión por corrupción de menores.

Mientras las autoridades deliberan, la puerta de “Lo Prohibido” permanece sellada —y la dignidad colectiva, mancillada. Este caso no debe cerrarse con la costumbre del carpetazo: urge transparencia total, castigo ejemplar y un mensaje claro a clubes, bares y autoridades de que Veracruz no tolerará, nunca más, la explotación de su niñez bajo el disfraz de la fiesta.

Porque la verdadera celebración no se mide en trofeos: se mide en la capacidad de una sociedad para proteger a sus hijas e hijos.

Redacción Reportaje Veracruzano

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba