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Morena y su juego de espejos: Zepeta niega robo de alcaldes, pero deja entrever acuerdos previos

Xalapa, Ver.– Entre la negación y la insinuación, el dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, respondió a las acusaciones del Partido del Trabajo (PT) sobre la supuesta “fuga” de alcaldes electos hacia las filas guindas. Con una sonrisa esquiva y declaraciones ambiguas, negó el «robo» de ediles, pero no pudo ocultar que al menos siete ya se han pasado a su bando, incluso antes de rendir protesta.

«Conocen bien las circunstancias de cómo fueron las postulaciones», dijo con tono elusivo, dejando entrever que muchos de estos alcaldes, aunque ganaron bajo las siglas del PT, PRI, PAN o como independientes, ya estaban registrados en procesos internos de Morena, lo cual despierta suspicacias sobre acuerdos pactados tras bambalinas.

Vicente Aguilar Aguilar, coordinador estatal del PT, fue tajante al acusar a Morena de no respetar los triunfos ajenos y tachó de ingratos a quienes ya desertaron de su partido. Sin embargo, Zepeta pareció minimizar el conflicto, revelando que incluso un alcalde electo del PRI en Ozuluama y otro del PAN en Chumatlán están en su radar. Todo, según él, dentro de una “normalidad” política.

Pero el dirigente morenista fue más lejos. En un tono irónico y con aparente desdén, descalificó al senador Ernesto Pérez Astorga (erróneamente identificado como Huerta en algunos reportes), argumentando que no lo invita a los consejos estatales de Morena porque no sabe “si es del PT, del Verde o de Morena… incluso no sé si apoyó a candidatos del PAN o PRI”.

Las declaraciones revelan un clima interno enrarecido, donde las lealtades se diluyen y los colores partidistas se desdibujan según las conveniencias del momento. Lo que Zepeta no dice, pero sugiere, es que el reacomodo de ediles forma parte de un plan anticipado y tolerado, en el cual las siglas importan poco y la obediencia política mucho.

¿Estamos frente a un reagrupamiento estratégico con miras a la sucesión de 2025? ¿O se trata simplemente de la demostración de poder de Morena frente a sus aliados menores? En cualquiera de los casos, los hechos desnudan una realidad incómoda: la lealtad política en Veracruz tiene fecha de caducidad… y la marca la conveniencia.

Redacción Reportaje Veracruzano

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