Golpe quirúrgico al huachicol: caen empresarios, marinos y exfuncionarios en Tamaulipas

Un operativo federal desmantela la red más infiltrada de los últimos años, evidenciando la corrupción que alimentó el saqueo del combustible.
Tamaulipas, México.– El huachicol ya no es un delito de baja escala ni una actividad de campesinos que ordeñan ductos. El hallazgo de una red integrada por empresarios, exfuncionarios de aduanas y hasta elementos activos de la Marina lo confirma: el negocio del robo y tráfico de combustible se había convertido en una empresa criminal con tentáculos en el sector privado, militar y gubernamental.
El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, informó este lunes la detención de 14 personas como parte de un operativo ejecutado en silencio, con precisión quirúrgica y coordinación inédita entre la SSPC, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Marina (Semar).
Una red que movía millones de litros
Los implicados, de acuerdo con fuentes federales, utilizaban documentación apócrifa para trasladar hidrocarburo robado a gran escala, simulando operaciones legales de transporte y comercio. El golpe no se limitó a las detenciones: 20 cuentas bancarias de personas físicas y morales quedaron bloqueadas para fracturar el músculo financiero de la red.
La operación apunta a algo más que un grupo delictivo: deja al descubierto cómo el huachicol logró penetrar estructuras del Estado y obtener la complicidad de sectores empresariales que, lejos de denunciar, se beneficiaban de un mercado negro multimillonario.
El mensaje político: “nadie está blindado”
El caso marca un punto de inflexión. El arresto de marinos y exfuncionarios envía un mensaje incómodo: la corrupción institucional fue el verdadero oxígeno del huachicol. No fueron sólo bandas armadas perforando ductos; el negocio requirió de permisos, sellos, transportes, depósitos y una logística imposible sin funcionarios y empresarios detrás.
¿El fin de una era o apenas un ajuste de cuentas?
Aunque las autoridades presumen el golpe como uno de los más importantes en años, expertos en seguridad advierten que el desafío apenas comienza: las ramificaciones del huachicol cruzan estados, partidos políticos y corporaciones. Si no se desmantela la protección de alto nivel que permitió su expansión, el riesgo de reconfiguración es inminente.
Por ahora, el operativo en Tamaulipas marca un parteaguas: el Estado mexicano mostró disposición para tocar fibras sensibles. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es brutal: ¿cuántos más dentro del gobierno, las aduanas y las fuerzas armadas siguen protegiendo al huachicol?
Redacción Reportaje Veracruzano