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“Un peaje para sangrar a la región”: Juan Manuel Diez destroza el proyecto de caseta en Balastrera y exhibe el trasfondo de negocio extranjero

Por Redacción | Reportaje Veracruzano

Orizaba, Ver. — Con la contundencia que lo caracteriza, el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, arremetió sin titubeos contra el proyecto para instalar una nueva caseta de peaje en la zona de Balastrera, municipio de Nogales, calificándolo de “absurdo, inoperante y hecho solo para enriquecer a una empresa extranjera”.

El también empresario orizabeño, durante la inauguración del paseo Galerías de Orizaba, exhibió lo que considera un nuevo intento de saqueo disfrazado de infraestructura, un plan que —según sus palabras— no representa beneficio alguno para la comunidad, sino un negocio privado a costa de los veracruzanos.

“Es una tontería confinar dos o cuatro carriles solo para cobrar dinero. Es un tramo mínimo y no traerá desarrollo, sino más caos”, sentenció el alcalde.

Diez Francos recordó que en 2012 existía un proyecto autorizado y estudiado para construir un libramiento hacia Córdoba, con una inversión de 280 millones de pesos, el cual reduciría 11 kilómetros de recorrido y ofrecía una solución real a los problemas viales de la zona. Ese proyecto, aseguró, fue abandonado sin razón, mientras ahora se impulsa una caseta que, en sus palabras, “solo busca recaudar, no conectar”.

El edil fue más allá al cuestionar la participación de la empresa Cali Mayor, de origen colombiano, que presuntamente ejecutaría y operaría la obra. “No es un beneficio para el país ni para la población. Es un proyecto que solo beneficia a una empresa particular, extranjera. Con ese dinero se podría hacer el libramiento que ya estaba autorizado”, reprochó con tono severo.

Las declaraciones del alcalde reabren una vieja herida: la del peaje eliminado en Fortín, que durante años encareció la movilidad de miles de conductores y transportistas. Diez Francos advirtió que volver a colocar un punto de cobro en Balastrera sería un retroceso que afectará a toda la región Orizaba–Córdoba.

El mensaje es claro: el alcalde orizabeño no solo se opone a una caseta, sino a un modelo de negocio donde el dinero público se usa para abrir caja a intereses privados. En una zona donde el tráfico y la economía local ya están al límite, el proyecto huele más a negocio que a infraestructura.

“Esto no es desarrollo, es un negocio disfrazado de obra pública”, sentenció Diez Francos, encendiendo con sus palabras una polémica que amenaza con sacudir al corredor industrial más importante del centro de Veracruz.

¿Deseas que cierre la nota con un párrafo final editorial —tipo “golpe mediático”— señalando la omisión o el silencio del gobierno estatal o federal ante el proyecto? Podría darle aún más fuerza inquisidora.

Redacción Reportaje Veracruzano

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