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Veracruz sepulta a su juventud: muere adolescente de 16 años por droga sintética mientras autoridades callan y miran hacia otro lado

Tlaquilpa, Ver. – El corazón de la sierra de Zongolica volvió a estremecerse este domingo: un joven de apenas 16 años murió en el Hospital IMSS Bienestar tras presuntamente consumir una sustancia sintética con características de metanfetamina. La tragedia no solo enluta a una familia, sino que desnuda de nuevo la crudeza de un problema que Veracruz lleva años arrastrando: la droga llega, circula y mata, mientras los responsables institucionales se limitan a reaccionar tarde y mal.

El adolescente, encontrado inconsciente en su propia vivienda, fue trasladado de urgencia por sus familiares en un vehículo particular, en un desesperado intento por salvarle la vida. Al llegar al hospital, médicos de guardia lucharon por estabilizarlo, pero el menor presentó convulsiones severas que acabaron con su existencia en cuestión de minutos.

La Policía Ministerial y peritos de la Fiscalía Regional acudieron al nosocomio para cumplir con el protocolo, levantar el cuerpo y abrir una carpeta de investigación. Sin embargo, la pregunta que retumba en la comunidad es otra: ¿de qué sirve abrir carpetas si la droga sigue entrando, circulando y destruyendo vidas adolescentes sin que exista una estrategia real para frenar este veneno?

El caso revela un vacío doloroso: no hay programas efectivos de prevención en la sierra, no hay campañas que lleguen a los jóvenes, y mucho menos una red de contención comunitaria frente al narcomenudeo que avanza en silencio entre pueblos marginados. La metanfetamina, droga de laboratorio, llegó hasta un rincón indígena de Veracruz y se cobró la vida de un muchacho que apenas comenzaba a vivir.

Hoy, la sierra de Zongolica está de luto, pero mañana el riesgo se repite en cualquier otra comunidad olvidada. Porque detrás de esta muerte se asoma una verdad incómoda: mientras se anuncian operativos espectaculares en las ciudades, la juventud veracruzana sigue desprotegida, expuesta y sola ante la maquinaria del narcotráfico.

¿Quién responde por el futuro truncado de este joven? ¿Quién asume la responsabilidad de que las drogas sintéticas corran libres hasta en los pueblos más apartados? La respuesta, de momento, es silencio.


Redacción Reportaje Veracruzano

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