¡Retén de rapiña! Policías de Cerro Azul instalan su propia “aduana” ilegal para extorsionar a ciudadanos

Uniformados convertidos en cobradores clandestinos: infraccionan, amenazan y roban bajo el amparo del uniforme y la total complicidad del ayuntamiento
Cerro Azul, Ver.– Lo que debería ser un cuerpo policial al servicio del pueblo, hoy opera como una organización de saqueo institucionalizado. Habitantes de Cerro Azul denuncian con indignación y hartazgo que los elementos policiacos de este municipio han colocado un retén en la carretera con un único propósito: extorsionar sin pudor a la ciudadanía, imponiendo cuotas bajo amenaza de infracción.
¿Su delito? Conducir por su propio municipio.
¿La consecuencia? Pagar “mordidas” para evitar sanciones fabricadas por los mismos agentes que deberían garantizar la legalidad.
Los testimonios son claros y repetidos: si no se accede a entregar dinero en efectivo, se procede con infracciones arbitrarias, incluso cuando no existe falta alguna. Lo más grave: estos elementos no están facultados legalmente para realizar funciones de tránsito, lo que configura una usurpación de funciones agravada por la participación activa en actos de cohecho.
Es decir, están cometiendo delitos.
Los ciudadanos ya no lo susurran, lo gritan: “¡Estamos hartos!”
El retén se ha convertido en un punto de terror cotidiano para automovilistas locales y foráneos, especialmente en un contexto donde la economía no da para alimentar la corrupción con sobornos disfrazados de “cooperaciones”.
Mientras tanto, el gobierno municipal guarda silencio cómplice, como si no supiera, como si no viera, como si no fueran sus propios uniformados los que han degradado la confianza pública en las instituciones.
Este operativo ilegal y delictivo exige más que una disculpa: demanda acciones inmediatas, desde la investigación ministerial hasta el cese fulminante de los elementos implicados y de sus mandos. La población no puede seguir siendo víctima de quienes juraron protegerla.
¿Qué más se necesita para que la Fiscalía actúe? ¿Cuántos videos, cuántas denuncias, cuántos ciudadanos humillados, amenazados o extorsionados hacen falta para que caiga el peso de la ley sobre estos falsos policías?
En Cerro Azul, la seguridad ya no se mide por la presencia de patrullas, sino por la ausencia de justicia. Y mientras no se actúe con contundencia, cada patrullero corrupto en ese retén es otro ladrón con placa, bajo la sombra del poder que lo protege.
Redacción Reportaje Veracruzano