Poza Rica, Ver.- La violencia descontrolada y la inseguridad galopante continúan haciendo estragos en Poza Rica, Veracruz, y esta vez, la gestión del alcalde Luis Fernando Remes Garza está en el centro de una tormenta de críticas y sospechas. En un contexto de inestabilidad y caos, dos altos funcionarios del gobierno municipal han sido secuestrados en circunstancias que dejan mucho que desear sobre la integridad de la administración local.
El primer golpe vino el 8 de junio, cuando José Lugo Dauzon, un empresario y figura del gobierno municipal, fue secuestrado. Lugo Dauzon, conocido por su estrecha relación con el alcalde Remes Garza, fue levantado en un acto que resuena con las constantes fallas en seguridad de la administración actual. Es claro que la cercanía con el alcalde no fue suficiente para protegerlo de los embates del crimen que azotan la región.
Menos de un mes después, el 2 de julio, Yahír León Salas, director de Comercio municipal y otro cercano al alcalde, fue secuestrado en plena celebración de su cumpleaños. León Salas, quien ha sido señalado repetidamente por actos de corrupción, parece haber encontrado la impunidad suficiente para mantenerse en uno de los puestos más críticos de la administración municipal, a pesar de las quejas y las evidencias en su contra.
Los ciudadanos de Poza Rica estan en alerta máxima, no solo por la violencia rampante, sino por lo que muchos perciben como una red de corrupción y nepotismo que envuelve al gobierno local de la Cuarta Transformación (4T). Los recientes secuestros, en lugar de ser hechos aislados, parecen ser un reflejo de una administración que no solo ha fallado en proteger a sus ciudadanos, sino que podría estar alimentando el propio problema que dice combatir.
Desde el inicio de la gestión de Fernando Remes Garza, Poza Rica ha sido un hervidero de incidentes violentos. La necesidad de desplegar fuerzas armadas para tratar de mantener la seguridad es un testimonio de la incompetencia de la administración local de Morena. Sin embargo, con el secuestro de altos funcionarios, queda claro que la estrategia de seguridad no solo ha sido ineficaz, sino que los tres niveles de gobierno han sido superados por la realidad criminal que aqueja la región.
La situación es crítica y la administración de Fernando Remes Garza está en la cuerda floja. Los ciudadanos de Poza Rica ya no se conforman con promesas vacías y demandan respuestas y acciones contundentes. La paz y la confianza en las autoridades locales están en juego, y el tiempo se agota para un alcalde que parece haber perdido el control de su ciudad.
Redacción Reportaje Veracruzano
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