Cumbre Tajín 2025: El entierro de la cultura totonaca bajo la incompetencia de la 4T
Un festival que nació con esplendor y hoy se arrastra en el olvido
Lo que alguna vez fue el evento cultural más importante de Veracruz y un referente internacional de la riqueza totonaca, ha sido sepultado bajo la improvisación, la negligencia y la falta de interés del gobierno estatal. Cumbre Tajín 2025 no solo ha sido la peor edición de la historia, sino que también ha confirmado lo que todos temían: la destrucción sistemática de un patrimonio que debería ser el orgullo del estado.
La estocada final al festival llegó con la administración de Rocío Nahle, quien, en su afán por centralizar el poder, decidió fusionar las Secretarías de Cultura y Turismo, dejando al frente a Dulce María «Nena» de la Reguera, una funcionaria que ha demostrado un desconocimiento vergonzoso sobre el ramo que encabeza.
La «Nena», en un alarde de ignorancia y desparpajo, confesó que nunca había visitado la zona arqueológica de El Tajín, el sitio más importante del estado. ¿Cómo puede promover un destino turístico si ni siquiera lo conoce? ¿Cómo puede encabezar una secretaría si su conocimiento sobre turismo es nulo? Su falta de preparación quedó en evidencia con declaraciones absurdas sobre la ocupación hotelera, evidenciando su total desconexión con el sector turístico.
De Björk a la decadencia absoluta
Los contrastes entre las ediciones pasadas y la actual son abrumadores. En 2012, Cumbre Tajín trajo a la icónica Björk, ofreciendo un espectáculo de talla mundial que atrajo a miles de visitantes nacionales e internacionales. Hoy, lo único que atrae el festival es la lástima.
El evento que antes era un faro de cultura, tradición y arte se ha convertido en un espectáculo barato, carente de identidad y sin la más mínima promoción. La ausencia de visitantes extranjeros es un claro reflejo del desinterés gubernamental. Lo que antes se vendía como una experiencia espiritual y cultural hoy es un trámite más en la burocracia de un gobierno incompetente.
Los espectáculos de video-mapping, las grandes producciones escénicas y la relevancia artística han desaparecido. En su lugar, se ha impuesto una organización improvisada que ni siquiera respeta la esencia del festival. Cada año el evento se hunde más y esta edición 2025 es el golpe definitivo.
El golpe final a la identidad totonaca
Lo más grave de todo no es solo la decadencia organizativa, sino la traición a la cultura totonaca. Antes, el festival iniciaba con el ritual del Litlán, un rito ancestral en el que se pedía permiso a las deidades para celebrar la llegada del equinoccio de primavera. Este año, ese respeto se perdió. El gobierno de la 4T ha reducido el festival a un mero trámite, una obligación que cumplen con desgano.
Los pueblos originarios, que deberían ser el centro del evento, han sido relegados. La falta de inversión en la zona arqueológica de El Tajín y la nula promoción de las tradiciones totonacas han convertido la Cumbre Tajín en una caricatura de lo que alguna vez fue.
El desdén de Rocío Nahle y su séquito de ineptos
La gobernadora zacatecana de Veracruz Rocío Nahle ha demostrado un absoluto desprecio por la cultura veracruzana. Su administración, en lugar de fortalecer el festival, ha optado por desmantelarlo. La fusión de Cultura y Turismo ha sido un desastre y la designación de la «Nena» de la Reguera como titular es una burla para todos los veracruzanos.
¿Cómo puede una persona que no conoce la zona arqueológica más importante del estado dirigir el turismo en Veracruz? ¿Cómo puede el gobierno justificar la debacle del evento con discursos vacíos?
Lo cierto es que la 4T ha sentenciado a muerte a Cumbre Tajín. Lo que inició en el año 2000 con una visión grandiosa, con un espectáculo de 18 escenas dirigido por artistas de renombre y con la participación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, hoy se reduce a un evento sin alma, sin rumbo y sin público.
Cumbre Tajín 2025 pasará a la historia como el año en que la cultura totonaca fue traicionada por un gobierno incompetente. Y lo peor es que, si nada cambia, el próximo año podría ser aún peor.
Redacción Reportaje Veracruzano
