ASESINADOS FRENTE A UN NIÑO: LA BARBARIE DESATA EL LLANTO Y LA OMISIÓN DEL ESTADO EN POZA RICA

Por Marco Antonio Palmero Alpírez | Investigación Especial
Poza Rica, Veracruz | 9 de julio de 2025
La noche del martes 8 de julio, la colonia Ampliación Parcela 14 de Poza Rica volvió a teñirse de rojo. Un comando armado irrumpió con violencia brutal en un domicilio sobre la calle Eje Central, ejecutando a sangre fría a una pareja —Josefa N. y Julio N.— frente a los ojos atónitos y aterrados de un niño de tan solo 8 años de edad. Fue su llanto, desgarrador, el que alertó a los vecinos y marcó el inicio de una tragedia que desnuda la descomposición absoluta de la seguridad en la región norte de Veracruz.

Una ejecución cobarde, en la impunidad del silencio
De acuerdo con los testimonios recopilados por este medio, la pareja fue acribillada sin posibilidad de defensa alguna, en el interior de su hogar. No fue un robo. No fue un accidente. Fue un crimen con sello de impunidad, perpetrado a las 21:30 horas. Las balas encontraron a sus víctimas en presencia de un menor indefenso, que hoy cargará de por vida con una imagen que jamás debió presenciar.
Cuando los cuerpos yacían inertes en el suelo, vecinos —con temor y valentía a partes iguales— marcaron al 911. Minutos después, llegaron elementos de la Policía Municipal, Estatal, Guardia Nacional y Marina, pero como siempre, cuando el daño ya estaba hecho y los asesinos se habían esfumado sin dejar rastro.

La violencia que el alcalde Remes Garza ha normalizado
Este nuevo doble homicidio no es un hecho aislado. Es parte de una ola de crímenes, ejecuciones, desapariciones y asaltos que han convertido a Poza Rica en una zona sin ley, donde la población sobrevive entre la resignación y el miedo.
Y la principal culpa recae en el alcalde Fernando Luis Remes Garza, quien ha fracasado de forma estrepitosa en garantizar condiciones mínimas de seguridad. Mientras el crimen organizado fortalece su control territorial, la autoridad municipal guarda silencio, desvía recursos, y se limita a discursos vacíos y eventos de simulación institucional.
¿Dónde está el blindaje prometido? ¿Dónde está el trabajo coordinado entre fuerzas armadas y civiles? ¿Dónde está la estrategia de seguridad pública? Poza Rica arde, y el gobierno sigue entregando la plaza a la delincuencia.

Investigación en curso… ¿real o de escritorio?
Tras el hallazgo de los cuerpos con signos visibles de violencia, los cadáveres fueron trasladados al SEMEFO, donde se les practicará la necropsia de ley. La Fiscalía General del Estado aseguró haber iniciado la investigación, pero, ¿qué resultados ha dado esa institución en los casos anteriores?
Vecinos de la zona reportaron detonaciones y gritos antes del crimen, lo que indica que la ejecución fue violenta y posiblemente con armas de alto calibre. A pesar de ello, ni una sola detención, ni un operativo eficaz, ni una hipótesis concreta ha sido revelada.
La escena del crimen fue acordonada, fotografiada y documentada… pero como muchas otras en Poza Rica, podría quedar en la lista interminable de casos sin justicia.
El impacto psicológico: una infancia rota
Este crimen no solo deja dos muertos. Deja también a un niño devastado emocionalmente. Una víctima invisible a la que nadie está atendiendo. El sistema DIF municipal a cargo de Diana Remes Oropeza no ha emitido pronunciamiento alguno, ni se ha confirmado atención especializada para el menor.

El Estado ha fallado dos veces: al no proteger su hogar, y al no abrazar su dolor tras la tragedia.
El llamado de la ciudadanía: ¡Ya basta!
La sociedad pozarricense está harta. Harta de un gobierno municipal que derrocha recursos en imagen, en fiestas y en mentiras, mientras la muerte se pasea por las colonias populares.
Este crimen no es una cifra más. Es una advertencia dolorosa de que Poza Rica ha sido abandonada. El alcalde Fernando Remes Garza debe rendir cuentas, no a través de boletines maquillados, sino ante el pueblo que hoy lo acusa de omisión, negligencia y fracaso total.
La comunidad exige justicia, no discursos. Exige protección, no promesas. Exige memoria por Josefa y Julio, y exige que ese niño no crezca con el mensaje de que aquí matar no cuesta nada.