HUACHICOL DE ÉLITE: EL GENERAL PRÓFUGO, LOS PERMISOS FANTASMA Y LA RED DE POLÍTICOS-FANTASMAS QUE SAQUEARON A MÉXICO

La gobernadora Nahle rompe el silencio: Trauwtz es un delincuente, Ruffo está ligado al decomiso de hidrocarburo más grande en la era Sheinbaum, y el huachicol fiscal fue tolerado por el viejo régimen… ¿hasta dónde llega la red?
Por Redacción | Reportaje Veracruzano
Xalapa, Ver., 14 de julio de 2025 — La cloaca del huachicol en México se ha destapado desde las más altas esferas. Esta vez no se trata de simples piperos o líderes sindicales coludidos en las sombras. No. Se trata de generales prófugos, exgobernadores implicados, empresas pantalla y una red transnacional que, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, gozó de permisos de importación para inundar al país con gasolina ilegal disfrazada de aceite mineral.
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, dejó caer una bomba política de alto calibre al declarar que el general León Trauwtz, hoy prófugo, es un delincuente que tendrá que venir a México a enfrentar a la justicia, luego de que ofreciera servicios de inteligencia a Pemex durante la transición presidencial en 2018.
Pero lo más grave no es que un general con historial turbio haya ofrecido «seguridad» al Estado, sino que el aparato oficial lo haya recibido, escuchado y tolerado, aún con señalamientos previos de contrabando y corrupción. Según Nahle, el hoy fugitivo le confesó que se iría a Panamá… sin que nadie le pusiera un alto.
Los tentáculos del huachicol fiscal
Nahle reveló que al arranque del gobierno de López Obrador se cancelaron más de mil permisos de importación de gasolina, pues la gran mayoría de esas empresas —algunas extranjeras, otras vinculadas a políticos mexicanos— ni siquiera contaban con tanques de almacenamiento ni acreditaban la entrada legal del combustible.
¿La trampa? El combustible ingresaba al país etiquetado como aceite mineral para evadir los impuestos. Huachicol fiscal, lo llama la mandataria. Una industria paralela, monstruosa, tolerada, bendecida y diseñada desde las oficinas del poder energético durante el peñismo.
Entre los nombres que surgen está Ernesto Ruffo Appel, exgobernador de Baja California y exdiputado federal del PAN, ligado directamente al decomiso más grande de hidrocarburos en la historia reciente de México: 129 carrotanques y más de 15 millones de litros asegurados en Ramos Arispe, Coahuila. ¿El delito? Almacenar y distribuir sin terminal autorizada. ¿La defensa de Ruffo? Un amparo.
El tren del saqueo: de Estados Unidos a Saltillo, sin freno ni fiscalización
«Ahí almacenaban, ahí repartían a diestra y siniestra, cosa que está penada», dijo Nahle, confirmando que los trenes asegurados pertenecen a la empresa Ingemar, ligada a Ruffo, a la cual se le había negado el permiso originalmente por no contar con infraestructura de almacenamiento. Pero la red de corrupción jurídica le otorgó el derecho vía amparo. Una vez más: el sistema protegiendo al saqueador.
¿Quién revisaba la trazabilidad del combustible? Nadie. ¿Quiénes sabían? Todos. ¿Quién se benefició? Esa es la verdadera pregunta.
¿Y Trauwtz?
El general León Trauwtz —quien ha acusado en medios que entregó información sobre el robo de hidrocarburos— ahora es señalado por la misma gobernadora como un operador de intereses oscuros. Ofrecía drones, cámaras, inteligencia satelital, pero nunca hizo nada para detener el saqueo que él mismo reconocía.
«Si sabía tanto, ¿por qué no actuó?», le cuestionó Nahle. La respuesta del general fue que se iba a Panamá. Y se fue.
¿Y el Ejército?
Que un general con historial sucio haya tenido acceso a Pemex durante el inicio del sexenio y que hoy sea prófugo, coloca al Ejército bajo el reflector más incómodo. ¿Cuántos sabían de sus movimientos? ¿Quién lo protegió para salir del país?
En una nación donde el crimen organizado ha penetrado estructuras civiles, el huachicol institucional se volvió una metástasis del Estado. Ya no se trata de una pipa perforada, sino de una red con permisos, abogados, políticos, jueces y generales.
El saldo: solo 37 permisos sobrevivieron a la purga
De los más de mil permisos entregados bajo la reforma energética de Peña Nieto, apenas 37 fueron reconocidos por el gobierno de López Obrador. De esos, 20 o 25 pertenecen a Pemex. El resto eran fantasmas, fachadas, fraudes con membrete.
Hoy, con Claudia Sheinbaum al frente, el huachicol de cuello blanco sigue en la mira, pero también en la impunidad. Nahle insiste en que se dejó un balance energético claro, pero los tentáculos del pasado siguen activos.
Epílogo sin justicia
El caso de Ingemar, Trauwtz y los trenes de la corrupción no son una anécdota: son una ventana al saqueo más sofisticado de los recursos nacionales. Las declaraciones de Nahle no deben quedarse como eco político. La Fiscalía General de la República debe actuar. La Auditoría Superior debe investigar. El Ejército debe responder.
Porque si se confirma que exgobernadores, generales y empresarios usaron permisos falsos para saquear millones de litros de combustible mientras el país sufría desabasto… entonces ya no estamos hablando de huachicol: estamos hablando de traición a la patria.
Redacción Reportaje Veracruzano