Alerta RojaPoza RicaRegionalesReportajesVeracruz Norte

Poza Rica sitiada por el miedo: ráfagas de impunidad en el corazón de la ciudad

Poza Rica, Ver. — La noche de ayer jueves 25 de septiembre, cuando el reloj apenas rozaba las 11, el eco de las detonaciones rompió la calma ficticia que cubría a la colonia Cazones. En la esquina de la Avenida 20 de Noviembre con la Calle 10, el antro Like Music & Drinks se convirtió en escenario de un nuevo acto de barbarie: hombres armados descargaron sus fusiles contra la fachada y, como firma de guerra, dejaron una cartulina teñida de amenazas.

Las cámaras del C4, siempre atentas pero nunca efectivas, captaron el ataque. También lo hicieron las del propio establecimiento. Sin embargo, la escena siguió el guion de siempre: los agresores huyeron con la impunidad que otorga la certeza de un Estado ausente. Ningún detenido. Ninguna respuesta más allá de los acordonamientos rutinarios, el levantamiento de casquillos y el retiro de un mensaje que helaba la sangre.

En letras descarnadas, los atacantes enviaron un ultimátum al dueño del local, advirtiendo represalias mortales por la osadía de colgarles el teléfono. El texto, vulgar y directo, no solo era un ajuste de cuentas: era una demostración pública de poder. Un recordatorio de que en Poza Rica no gobierna la autoridad legítima, sino el crimen organizado que ha hecho de las calles un tablero de extorsión y cobro de piso.

Crónica de un miedo anunciado

Los vecinos de la colonia Cazones escucharon el tableteo de las armas y se refugiaron tras ventanas y cortinas, sabiendo que salir o mirar demasiado podría convertirlos en víctimas colaterales. “Fue como si la ciudad entera se hubiera congelado en segundos”, relata un comerciante que, por obvias razones, exige anonimato.

El terror no tardó en expandirse. Los teléfonos circularon con rapidez entre empresarios nocturnos, restauranteros y comerciantes que ya reconocen en cada nuevo ataque una advertencia velada hacia todos: pagar o perecer. Apenas el lunes, otro centro nocturno —La Brocheta— había sido blanco de un atentado con el mismo sello. Dos ataques en menos de una semana, dos mensajes idénticos: el Estado no controla nada.

La farsa de la seguridad

Minutos después del ataque, llegaron patrullas municipales, estatales y hasta elementos del Ejército. Pero ya era tarde. No había agresores qué detener ni pistas qué seguir. Solo un cascarón de procedimientos burocráticos: acordonar, levantar casquillos y posar para la foto institucional que intenta simular presencia.

La ciudadanía, sin embargo, no es ingenua. “Aquí la policía solo llega a levantar la evidencia y retirarse. Nunca pasa nada. Nunca atrapan a nadie”, acusa un empresario de la zona. Y la percepción se confirma con hechos: Poza Rica suma ataques armados con una regularidad tan alarmante que ya forman parte de la rutina nocturna.

Un silencio cómplice

Lo ocurrido en el Like Music & Drinks expone una herida profunda: la presunta complicidad o, en el mejor de los casos, la negligencia criminal de las autoridades. El cobro de piso a centros nocturnos, bares y restaurantes no es un rumor de sobremesa; es un fenómeno abierto, brutal, que se exhibe con ráfagas en pleno centro de la ciudad.

La gobernadora, el alcalde, los mandos policiales: todos guardan silencio, como si se tratara de hechos aislados, como si la sangre y el miedo no estuvieran tiñendo la vida pública. Ese silencio es ya parte del problema.

Una ciudad bajo asedio

Poza Rica no solo está bajo el fuego de las armas, sino bajo la sombra de un sistema de impunidad que protege más al delincuente que al ciudadano. La disputa entre bandas criminales ha convertido el corazón económico de la región norte de Veracruz en un campo minado. Y mientras los comerciantes tiemblan, el mensaje es claro: aquí manda la violencia, no la ley.

El atentado contra Like Music & Drinks no es un hecho aislado. Es la radiografía de un municipio sitiado, donde la vida nocturna, la economía y la confianza pública penden de un hilo que las autoridades, con su pasividad o complicidad, parecen dispuestas a cortar de manera definitiva.


Redacción Reportaje Veracruzano

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba