Alerta RojaAltas MontañasCorrupciónOrizabaVeracruz Centro

¡Escándalo en la Policía de Orizaba! Destituyen a mandos señaladas de operar red de corrupción y abuso, pero la impunidad sigue rondando

Orizaba, Veracruz – Redacción Reportaje Veracruzano

En uno de los capítulos más oscuros que ha vivido la Policía Municipal de Orizaba, la reciente destitución de las exfuncionarias Norma y Xóchitl —ambas con altos rangos— ha destapado una auténtica cloaca de corrupción, terror institucional y violaciones flagrantes a los derechos humanos y laborales. Lejos de ser una simple reestructuración interna, la remoción de estas mandos es el síntoma visible de una enfermedad profundamente enquistada en la corporación.

Organismos civiles y defensores de derechos humanos, encabezados por la Capellanía Armada Mundial de Paz en México, alzan la voz no solo para aplaudir la salida de estas operadoras del abuso, sino para exigir investigaciones exhaustivas, sanciones penales y la erradicación total de las estructuras mafiosas que operan dentro de las fuerzas policiales de Orizaba.

Ángel García Gómez, representante de dicha Capellanía, ha sido contundente: “Era una estructura basada en el miedo y la corrupción”. Sus palabras no son mera opinión: ha recibido decenas de testimonios de policías activos y en retiro que describen un régimen de terror implantado desde 2022, cuando ambas exmandos comenzaron a imponer ascensos a modo, degradaciones arbitrarias y cuotas ilegales a cambio de beneficios o simplemente por ejercer su autoridad.

¿Cuánto cuesta un ascenso en Orizaba? ¿Quién cobraba las cuotas? ¿Dónde están los recursos desviados?

Los delitos son múltiples: cobros indebidos para reparar patrullas que están aseguradas, alteración de facturas, represalias contra quienes se atrevieron a cuestionarlas, humillaciones públicas, sanciones fabricadas, y un presunto fraude sistemático con refacciones inexistentes. Estamos hablando de una mafia uniformada que actuaba con total impunidad y presunción de protección por parte de altos funcionarios municipales.

¿Hasta dónde llegaban sus redes de poder? ¿Quiénes las encubrían? ¿Por qué durante tres años nadie puso freno a este patrón de hostigamiento institucional?

El colmo: una de las destituidas ahora busca lavarse las manos culpando a terceros, en una jugada desesperada por eludir responsabilidades. Pero no basta con quitarlas del cargo. La ciudadanía exige cárcel, no acomodos. Justicia, no simulación.

Un exagente de la corporación prepara una carta formal con un recuento detallado de los abusos sufridos, y la comunidad espera que esa carta no termine engavetada en algún escritorio del palacio municipal. “Si un mando actúa como intocable, ¿qué esperanza le queda a un policía raso?”, cuestionó García Gómez. Y esa pregunta cala hondo.

En lugar de proteger a la ciudadanía, la Policía de Orizaba protegía a una red de abusos internos. ¿Cuántos más están implicados? ¿Hasta dónde llega esta cadena de corrupción?

Es hora de limpiar a fondo. No con despidos decorativos, sino con investigaciones penales, auditorías forenses, transparencia absoluta y sanciones ejemplares. Orizaba no necesita más pactos de silencio ni más funcionarios que lleguen a enriquecerse del poder.

La sociedad exige justicia. Y no se va a conformar con migajas.


Redacción Reportaje Veracruzano

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba