Escándalo de alto calibre: funcionaria mexicana anticrimen es capturada cruzando dólares ocultos hacia Estados Unidos

La frontera de Tamaulipas arde de nuevo, esta vez con el fuego de la traición institucional: una agente del Ministerio Público especializada en secuestros es sorprendida con más de 180 mil dólares ocultos en su cuerpo y vehículo.
Por Reportaje Veracruzano | Especial
Brownsville, Texas.– El 2 de mayo, la frontera entre Matamoros y Brownsville fue escenario de un nuevo capítulo del drama binacional que enfrenta México: la corrupción enquistada hasta en los niveles más sensibles del sistema judicial. Una revisión de rutina por parte de agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) terminó revelando un intento de contrabando de casi 185 mil dólares en efectivo. Lo sorprendente no fue sólo la cantidad, sino quién lo intentaba: una funcionaria mexicana anticrimen.
Angélica “N”, de 33 años, asignada como Ministerio Público especializada en secuestros en Tamaulipas, fue capturada con 30 mil dólares adheridos a su cuerpo, como si de una mula del narco se tratara. Iba acompañada por un hombre de 32 años, también mexicano, que portaba 5,485 dólares adicionales. En el Fiat 2022 en el que viajaban, escondidos bajo compartimientos especiales, se hallaron otros 148,610 dólares en efectivo.
El operativo fue certero. Agentes del CBP siguieron su instinto y seleccionaron el vehículo al azar para una inspección secundaria. Lo que parecía una pareja más cruzando la frontera, pronto se convirtió en el epicentro de una investigación federal por lavado de dinero y conspiración criminal. La Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) tomó control del caso de inmediato.
Corrupción con placa oficial
El hecho de que la detenida no solo trabajara para la Fiscalía de Tamaulipas, sino que ocupara una posición en una de las unidades más delicadas —la especializada en secuestros—, lanza una señal alarmante sobre la fragilidad institucional del estado. Tamaulipas ha sido históricamente una entidad golpeada por el crimen organizado, pero este caso plantea una pregunta más oscura: ¿cuántos operadores de justicia están realmente trabajando para la ley, y cuántos al servicio del dinero ilícito?
De película… pero real
La imagen de una funcionaria del Ministerio Público fajada con dólares como si se tratara de droga es tan gráfica como perturbadora. El uso de compartimientos ocultos en el automóvil sugiere un modus operandi profesional, probablemente vinculado con redes de contrabando mayores.
De acuerdo con la legislación estadounidense, cualquier cantidad mayor a 10 mil dólares debe ser declarada al momento de cruzar la frontera. El incumplimiento no solo resulta en la confiscación automática de los fondos, sino también en cargos penales federales. En este caso, el peso de la ley caerá con toda su fuerza.
Un reflejo del fracaso institucional
Este caso no puede ser visto como un hecho aislado. Es el síntoma de una enfermedad más profunda que carcome la credibilidad de las instituciones mexicanas. Cuando los encargados de perseguir a los criminales se convierten en protagonistas del delito, la ciudadanía queda desprotegida. La confianza se rompe.
Mientras las investigaciones continúan y la pareja detenida enfrenta posibles cargos tanto en EE.UU. como en México, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿cuántos otros cruzan sin ser atrapados? ¿Y cuántos más, con credenciales oficiales, actúan como operadores del dinero sucio?
Este escándalo no solo debería prender alarmas en la frontera, sino en toda la estructura judicial mexicana. Porque cuando la ley se convierte en cómplice, el verdadero crimen es el silencio institucional.
Redacción Reportaje Veracruzano